Cupido disparó sin apuntar...
Elisabeth siempre había sido una chica que le gustaba mucho la fiesta y liarla un poco en clase.
A sus padres les gustaba controlar su vida y por ello, la querían casar con quién ellos quisieran, o más bien con quién a...
Me acerqué y pude reconocer a esa persona, era Seve, no quería tener esa conversación, pero no podía esquivarla durante mucho tiempo, a parte de que no me gusta ver a nadie llorar, y no puedo dejar a Seve así, necesita apoyo, y yo se lo voy a dar.
—Ey ey Seve —le dije a la vez que me acercaba a él y lo abrazaba —ya está... ya está —le susurré al oido para tranquilizarlo pero este se ruborizó.
Estuvimos un rato abrazados hasta que me separé de el y con mi manga le quité las lágrimas, tenia los ojos muy rojos de llorar y aún así se veía lindo.
—No llores más Seve, te ves más guapo sonriendo —le dije y a este se le escapó una sonrisita.
—Gracias... —logró articular Seve, tenía la voz sofocada y quebrada.
—No me des las gracias Seve —le dije yo sonriendo, el me miró y yo a él, nos fuimos acercando poco a poco y cuando estábamos a milímetros, nuestros labios se encontraban rozándose, yo desvíe mis labios a su oreja y le susurré.
—Ahora mismo estás muy débil emocionalmente, no quiero aprovecharme de ti Sev —le dije mordiéndole el lóbulo de la oreja y levantándome del suelo —yo me voy a ir a dormir, ¿te vienes? —le pregunté.
—N-no —tartamudeó él, se veía nervioso —dormiré en el sofá, no quiero incomodarte... —dijo él.
—No seas bobo, anda ven —dije ofreciéndole mi mano, este la aceptó, lo levanté del suelo y lo arrastré hasta la habitación. Ya en la habitación— bien, ahora te vas a duchar para quitarte el sofocón de haber llorado, y luego te meterás en la cama conmigo, ¿vale? —le dije a Seve.
—Ya sabía yo que tenías ganas de dormir conmigo —dijo él sonriendo pícaro.
—Sueñas —le dije yo.
—Contigo, en mi cama —me contestó él guiñándome el ojo.
Seguramente mi cara lo dijo todo entonces se hechó a reír y se metió en el baño.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estaba tumbada en la cama cuando Seve sale de la ducha con una toalla amarrada en la cintura, se cree el típico chico de las películas y los libros.
Me intento concentrar en otra cosa que no sea él, wow, que bonita ventana, seguro que está hecha de ventana.
Paseo mi vista por la habitación y vuelvo a toparme con Seve, pero esta vez lo miro con fijeza, está...
~ELISA RELAJA TUS HORMONAS ~me dijo mi consciencia.
No puedo...
Su pelo estaba mojado y le caían gotas que recorrían su cuerpo hasta llegar a la toalla. Quien fuera esas gotas...
