Capítulo 5: No te quedarás solo ✅

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Colgó la llamada con Alberto sin poder contener la emoción que sentía después de semejante noticia. Llevaba ya algún tiempo esperando una confirmación y ahora por fin la tenía. Había estado trabajando muy duro junto a un artista internacional en una nueva canción que había salido en todas las plataformas pocos días antes y tan solo restaba grabar el video oficial.

Miami fue la ciudad elegida. Mientras le contaba a Fernanda la noticia, no podía contener la felicidad porque no solo iría para cumplir con ese proyecto, también para participar en unos premios muy importantes en los que se presentaría de nuevo después de semanas trabajando solo dentro del estudio.

—Mira este —Fernanda salió del vestidor con otro de sus trajes de baño y volvió a dejarlo sobre la cama—. Te verás increíble.

—Fer, ¿crees que debería comprarme algo nuevo? —preguntó pensativa, mirando a su alrededor toda la ropa que habían regado por la habitación—. Quizá no sean los adecuados para el video.

—¿Bromeas? ¡Los vas a enloquecer! —aseguró Fernanda, mucho más emocionada que ella—. Lleva este y este también.

Su mejor amiga metía en la maleta cada prenda que se le antojaba sin pensar si la necesitaría o no, pero... ¿Para qué iba a ponerse a pensar en eso? ¡Era su momento! Había esperado mucho para estar ahí y pensaba aprovecharlo al máximo.

—¡Mami! ¡Mami! —Los rápidos pasos de su hijo resonaron por toda la casa y pronto entró corriendo hacia ella—. Mami, upa.

Estiró sus bracitos hacia ella y no dudó en alzarlo, recibiendo su abrazo y sintiendo que en ese momento su bebé quería los mimos de su mamá. Lo llenó de besos y continuó explorando su vestidor para no dejarse ni una sola cosa que pudiera necesitar.

—Puntito, ¿cómo se ve mamá? —Caminó delante de Fernanda y su hijo que, junto con Purpurina, estaban presenciando un desfile completo de todos los trajes de baño que pensaba llevarse con ella—. ¿Verdad que se ve hermosa, bebé?

—Shi, mosa —Su pequeño aplaudió, inspirando ternura a todo el que lo viera, con una sonrisa en su rostro—. Mami, quelo.

—¿Tú quieres probarte tu traje de baño?

—Shi, quelo.

—Está bien —accedió—. Iremos a la playa y debes verte hermoso, mi Puntito. Fer, ¿puedes buscar en su closet y traer sus trajes de baño.

—¡Por supuesto! Ven, mi amor —lo llamó, haciendo correr a su hijo sin dudar para ir con su madrina—. Iremos por tus cosas y le haremos un desfile a mamá, ¿te parece?

—¡Shi! File, file.

Sonrió al verlos salir y Purpurina fue tras ellos, permitiéndole ir en busca de sus cremas, maquillaje y otras cosas. Recogió todo y fue colocándolo en su maleta en varios paseos entre la habitación y el baño. Escuchó entonces los agudos ladridos de Purpurina y una voz que se aproximaba y que no tardó en reconocer.

—Hola, bebé, hola —Su risa sonó cerca y ella no hizo más que imaginar su cara al darle la noticia—. Yo también te extrañé, Purpurina. Ahora dime, ¿dónde está la loca de...? Pero ¿qué ha pasado aquí?

Se encontró con su cara de espanto cuando lo vio entrar al cuarto y verlo todo patas arriba, con prendas por todos los rincones y dos grandes maletas sobre la cama.

—¿Pasó un huracán por la ciudad y yo no me enteré? —preguntó, haciéndola reír mientras seguía en su tarea—. Tesoro, ¿qué es todo esto?

—Mis maletas —respondió con tranquilidad, acercándose a él para saludarlo con un beso en los labios.

—Eso veo, pero no entiendo nada ¿nos vamos a alguna parte? ¿Nos mudamos de nuevo y no me enteré?

Eterna Tentación #BilogíaTentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora