SOLO MÍA, MI LUNA Y YO TU SOL

CAP 52

~2 Meses después~

POV KITANA

Observar a Cristal cada mañana a mi lado era de mis pasatiempos favoritos, después de todo este tiempo solo estaba segura que los dioses Sol y Luna me dieron un bello regalo al poner en mi destino a esta alfa. Su cabello había crecido de nuevo, haciendo pacífico su rostro mientras dormía, siempre me perdía en sus ojos, haciendo resaltar el verde y cuando su lobo tomaba posesión dejándolos en un esmeralda brillante.

Mi cabello se mantenía oscuro de nuevo y eso a Cristal le encantaba. Deslicé mi mano por su mejilla para poder despertarla, necesitábamos ir al trabajo y a mi instituto. Sentí como iba despertando poco a poco y tomó mi mano que estaba en su mejilla para besarla después -debo aclarar que su otro brazo estaba alrededor de mi cintura- siempre tan posesiva.

--Despierta amor -dejé un suave beso-

--Es temprano, no quiero -me abrazó haciendo que esté más pegada a ella y escondió su rostro en mi cuello-

--Nada de temprano -reproché- ya mismo te entra el sol por el cu-

--Ya entendí, ya entendí -dijo riendo- miren quién anda de mal hablada.

--Así me obtuviste alfa, combo completo.

--Y si que me lo como todo.

--Qué -mis mejillas se tornaron rojas- alfa pervertida, no te basta con dejarme así.

Señalé mi cuerpo dejando a la vista todas sus marcas que dejaba durante la noche anterior o madrugada -nunca he calculado nuestra resistencia, pero debo decir que es mucha- tenía mordidas por mi cuello, piernas y sus dedos reflejados en mi cintura.

--Creo que falta unas más -dijo firme-

Sin poder contestar ya me estaba besando mientras se colocaba entre mis piernas, su beso era lento al principio como si tratara de adaptarse pero después se volvió posesivo, haciendo que jadeos se soltaran en el proceso. Sus dientes mordian mis labios y gemidos escapaban entre estos, el sabor metálico de sangre llegó a mis papilas gustativas pero no fue motivo para detenernos.

Su lengua lamia a todo paso de mis labios y fue bajando a mi cuello haciendo más marcas, dolían pero aquel dolor era placentero. Sus uñas se incrustaban en mi pierna haciendo abrirlas más para que comenzara a moverse, mi espalda se encorvaba, todo mi cuerpo reaccionaba a ella.

--Nunca me cansaré de hacerte mía -dijo con la voz un poco ronca- nadie más puede hacerlo, solo yo.

--Solo tú.

Respondí entre gemidos ya que Cristal comenzó a moverse más rápido entre mis piernas haciendo que nuestras intimidades rocen más, sabía que le gustaba escuchar que le pertenecía -después de todo Cristal se ha llevado todo de mí- mis manos fueron a su espalda, bajando en el proceso hasta llegar a sus caderas y pegándola más, que no quedará ningún espacio entre nosotras.

Mi lubricante comenzaba a escurrir entre mis piernas, mojando las sábanas y enloqueciendo a Cristal en el transcurso.

--Cristal -jadeé al sentir su excitación en mi entrada- por favor.

--No seré amable.

Y yo no quiero que lo sea.

Sin esperar un segundo más, Cristal estaba unida a mí. Mis manos apresaron la sábana y almohada que estaba cerca, cada vez era mucho lo que sentía de Cristal y su nudo era más grande, quizás sea por nuestra edad ya que antes éramos jóvenes pero no quitaba el hecho que llenaba todo en mí.

--Maldición Kitana -gruñó cerca de mi oído-

Como si eso fuera una orden, abrí mucho más mis piernas para que las tomara, nuestros cuerpos de movían en cada embiste que hacía y mis gemidos eran más fuertes. Su mano tomó la parte trasera de mi cabello para alzar mi rostro haciendo que note mi sonrojo y sudor, no podía verla mis ojos se cerraban por el placer.