CAP 36

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POV KITANA

–No puedo creer que me hayas convencido a todo esto -dije al verme en el espejo todo el cambio en un solo día-

–Admítelo ya, sé que te encanta. Mis consejos de diva no se los doy a cualquiera -movió su cabello con una mano como si fuese la bebida más deseada- sobre todo porque ese color te queda divino.

A mi maravillosa amiga se le vino la idea de que un cambio de color de cabello me vendría como anillo al dedo con el vestido que compré. No obstante compré uno de color negro al cuerpo y no el rojo, de solo verlo de nuevo me daba escalofríos, pero estaba bellísimo.

¿Qué cuál era el color de mi cabello?

Fácil tiene que ser extravagante como las ideas que salen de la cabeza de Raquel - hizo que me pintara el cabello de rojo- no faltó con el vestido sino que con mi cabello también.

La verdad me fascinaba pero mi orgullo no me dejaba admitirlo.

–Dios Kitana no entiendo como no tienes alfa, si yo fuera una ya te hubiese dado contra ese muro llamado pared -hizo expresiones pervertidas por su rostro- solo mira las curvas y pechos que te traes.

–Es verdad aún no entiendo el cambio de mi cuerpo Raquel.

–Pareces a las omegas cuando ya tienen cachorros, los pechos les crecen para alimentarlos -sus manos hicieron la forma de unos pechos enormes y yo solo pude reírme-

Pero lo que decía Raquel era verdad, yo también lo pensé mucho. Llegué a dudar muchas veces que no solo fue una hemorragia lo que tuve sino que fue un aborto natural.

No podía ser posible el caso, mamá nunca me mentiría al respecto y confío en ella, sin embargo no dejo de sentir una opresión en el pecho al creer en lo que digo. Mi mente siempre se mantiene confusa.

–Y si... ¿Realmente he tenido un cachorro? -observé a mi amiga mientras preguntaba lo que pensé-

Esperaba su respuesta pero primero llegó su risa, la cual en vez de enojarme, me sentía calmada porque era verdad -es absurda la idea- y me calma que piense lo mismo.

–Es ilógico Kitana, es obvio que nunca has estado con un alfa. Tu mismo lo dijiste, tuviste un accidente y lo anterior no hubo nada. Ni un amigo, nada.

Sus palabras llegaban a herirme un poco pero tenía razón. No recuerdo mucho a lo anterior del accidente, quizás no era una persona muy sociable como para tener amigos.

–Bueno dejando a un lado ese tema -giré para que me viera- ¿Cómo me veo?

Opté por usar un maquillaje natural pero con brillo, ya que era para la noche.

–Luces como para follarte, siéntete feliz con eso.

–Olvida esa idea de que me ligaré a un alfa -torcí mis ojos de solo escucharla-

–Si si, veremos si opinas lo mismo.

Me tomó de la mano y decidimos bajar para dirigirnos ya a la dichosa fiesta que tanto la tiene emocionada.

Mi madre apareció por la sala y vi su sonrisa pero nunca la vi como una natural.

–No llegarán tarde -dijo mi madre mientras se acercaba a donde nos encontrábamos-

–Sin preocuparse señora la traeré sana y salva.

–¿Puedo hablar un momento contigo Raquel? Kitana tu sigue encendiendo el auto -vi como se llevaba a mi amiga, no le tomé relevancia-

Me dirigí al auto donde iríamos y comencé a calentar el motor, este auto era bellísimo. Espero no llamemos mucho la atención, comienzo a arrepentirme de usar este vestido.

SOLO MÍA, MI LUNA Y YO TU SOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora