CAP 58

3K 240 68
                                    

~8 MESES DE EMBARAZO~

POV KITANA

¿Cómo puedo alejarme de mi alfa posesiva?

Trataba de buscar la respuesta a mi problema desde hace unos meses, pero ahora me quedaba tan claro que no podía hacer nada sin mi alfa.
Cargar con mis tres preciosos cachorros era una maravilla pero también el mayor de los problemas a mi cuerpo -en especial mis pies y espalda- sin contar que ya no podía ponerme mis zapatos por la enorme barriga que tenía.

--Alfa -llamé suave a Cristal-

No había necesidad de gritar, sabía que llegaría a mí.

--¿Sucede algo mi dulcecito?

Y sí, aquel apodo lo tomó no tan solo por mi aroma sino porque le recordaban aquellos dulces redondos que venían envueltos en papeles de colores, a pesar de querer llorar por mi cuerpo ahora ancho, aquel apodo me llenaba de amor cada que lo decía.

--No alcanzo a abrochar mis sandalias -hice un puchero, frustrada por la situación-

--No sucede nada amor, yo te ayudaré siempre.

Llegó a ellas y dejaba besos por mis piernas sacando suspiros de satisfacción y después las abrochaba cada una a mis pies.

--Listo nena -me tendió su mano para levantarme- ahora si podemos salir.

Asentí con mi cabeza para después hacer una mueca por el dolor de la reciente patada que dieron mis tres revoltosos. Cristal notó mi cara y colocó sus dos manos en mi barriga para comenzar a moverlas dejando caricias en toda esta.

--No sean malcriados -regañó pero con una sonrisa a estos- a mamá le duele.

Sentí una vez más aquel piecito y después se calmó todo.

--Serán igual de persistentes que tú -fruncí el ceño- solo espero no tener ahora cuatro alfas rondándome.

--A mí me fascina la idea dulcecito -me dio su sonrisa como si tratara de convencer-

--No me digas.

Dejé un beso en sus labios para salir de nuestra habitación y cruzar por la que seria la habitación de los cachorros. Los colores lucían desde cada rincón y aromas -tanto flores como aromatizantes- estaban en su alrededor, no era como si quisiera desde mí, sino que los cachorros se sentían a gusto con cada cosa.

Mi alfa tomó mi mano para dirigirnos a la puerta de salida y así realizar algunas compras necesarias.
Últimamente no permitía que Cristal recoja su ropa y la guarde, me encantaba y me sentía cómoda teniendo su aroma por toda nuestra habitación. Los antojos aún seguían pero últimamente la manzana se ha vuelto algo propio de mí, me encantaba comerla con dulce, tomar un té de manzana y canela en las mañanas me mantiene feliz todo el día.

Mientras caminábamos pasamos por una florería y mi lobo se movía inquieto, cosa que no pasó desapercibido por mi alfa.

--¿Sucede algo amor? -me miró preocupada-

--No -moví mis manos mostrando lo dicho- es solo qué -hice una mueca- siento la necesidad de entrar a esa florería.

--Solo dilo y vamos -tomó mi mano y dejó un beso en esta-

Sonreí ante lo cariñosa que era conmigo y complacía cada capricho que  se me antojaba.
Cuando entramos noté que el lugar esaba decorada de una manera rústica.
Diferentes flores lucían adornando aquel bonito lugar y las fragancias calmaban a mi lobo antes inquieto.

--Lucen igual de hermosas que ella.

Aquella voz que hace tanto no escuchaba, se coló en mi mente haciéndome saltar emocionada.

SOLO MÍA, MI LUNA Y YO TU SOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora