EPÍLOGO

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POV CRISTAL

Y aquí estábamos, si me hubiesen dicho que sería alfa y encontraría a mi omega nunca lo creería, peor aún, que sería correspondida y tendría tres bellos revoltosos en mi vida. Eso son -mi vida- nadie podría tocarlos, no lo permitiría, un solo rasguño o lágrimas harían que pierda mi conciencia para atacar a la persona causante.
Pero ver el rostro de mi omega con lágrimas, sonrojada y jadeando, era algo que siempre amaré causar en ella.

Decir que estaba desesperada en la ceremonia por ya hacerla mía era poco, las músicas lentas y apasionadas, hacían que el cuerpo de Kitana tomara posesión y decidiera joderme más la paciencia en mi autocontrol. Y mis revoltosos, se veían divinos en la ceremonia y agradecía tener personas quienes nos ayuden a cuidarlo porque sin duda Kitana no se levantará de la cama.

Me uniría a ella toda la noche.

Una vez llegamos a una cabaña reservada para pasar nuestras noches juntas, sentía el aroma de Kitana emocionarse, pero no solo eso. Su excitación era palpable en el ambiente y gruñidos salían de mi garganta cuando alguien cruzaba cerca de nosotros, aquel aroma me pertenecía, moría por probarla.

--Es hermoso -ella caminaba por el interior de la cabaña observando cada detalle, con sus mejillas sonrojadas-

--Te siento ansiosa omega -hablé, haciendo lo posible porque no sonara mi voz de mando, más gruñidos se combinaban con mi voz-

--Por la vista, es maravilloso el lugar -dijo ocultando la verdadera razón-

Sin darle un respiro, la arrimé con fuerza a una pared, haciendo que suelte un gemido de sorpresa y gusto, sus ojos permanecieron cerrados, sabía que estaba adaptándose a cualquier movimiento de su alrededor, movimientos que anhelaba sentir de mi parte.

--No me parece que sea por la vista omega -mis manos acariciaron sus muslos internos, abriendo paso entre ellos y haciendo que sus piernas se abran más, suspiros salían de sus labios y cuando llegué a rozar con mis dedos su feminidad escondida en su ropa interior, soltó un gemido bajo con su cuerpo estremeciéndose- mira nomás.

Pasé mis dedos a lo largo de toda su feminidad cubierta, mientras mis labios abrían paso por su cuello y detrás de su oreja derecha, la humedad se mezclaba en mis dedos, había comenzado a lubricar y mi poca cordura se estaba perdiendo.

--Tan mojada -hundí mis dedos aún externa a la ropa interior- tan necesitada a que te haga mía.

--Por favor amor -jadeó Kitana-

--Por favor, ¿Qué nena? -mordía su lóbulo mientras hablaba- ¿Qué necesitas de mí?

Hice el amague de poner a un lado su ropa interior para que mis dedos puedan palpar su feminidad sin ropa de por medio, suspiró de frustración, no evité reír por verla así.

--Necesito sentirte Cristal -su mano bajó a la mía y hundió más mis dedos haciendo que sus piernas temblaran -por favor quiero sentirte.

Con la poca paciencia arranqué su ropa interior, que pena que me gustaba como le quedaba, pero podríamos comprar más. Sin darle tiempo a protestar, mis dedos se movieron sobre su feminidad haciendo que su lubricante saliera más y con este su aroma se hiciera sentir en las nubes. Mi intimidad dolía de verla tan entregada a mí, tan sumisa, tan de que la haga mía.
Su cabeza se posó en la pared, mientras sus manos estaban en mis hombros y bajaban a mis espaldas, teníamos la cama a unos metros, pero nada mejor que el juego previo.

Metí mis dedos en su interior y mi lobo estaba por tomar posesión y follarma con fuerza allí mismo, maldiciones salían de mi boca al escuchar como sus dulces labios pronunciaban mi nombre y me incitaba a continuar con más velocidad y fuerza eso movimiento de mis dedos.
Saqué mis dedos rápido y a la misma velocidad la tomé de las piernas, las puse en mi cintura y comencé a simular embestidas a través de la ropa, su cuerpo estremciendose, su lubricante chorreando entre sus piernas y diciendo mi nombre con su voz entrecortada, era el mejor arte a mis ojos siempre.

SOLO MÍA, MI LUNA Y YO TU SOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora