CAP 40

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Trataba de asimilar todo lo que sucedía en este momento, mi madre o bueno supuesta madre, diciendo que no le dolió saber que perdí mi cachorro; peor aún que admita que no estamos unidas por ese lazo familiar.

Me senté en el mueble al sentir como mis piernas fallaban a causa de los nervios y la falta de oxígeno por la sorpresa.

–Me imagino que ya no callará nada, no tiene sentido -alcé mis ojos para fijarlos a los suyos- solo le pido que me diga todo.

–Tu madre es tu tía, mi hermana, ella falleció al darte a luz -se sentó para seguir con su charla y la mirada fría- a pesar de haberse metido con mi alfa, tu padre, me hizo prometer que cuidaría de ti.

Mi padre, no he sabido nada de él, se supone que desde que cambiamos de hogar el no mantenía contacto porque no le importaba -seguía atónita a todo, ella solo continuó con sus palabras-

–Todo empezó cuando éramos jóvenes, tu padre y yo estábamos juntos, éramos felices -un suspiro agotador salió de sus labios- hasta que ella llegó de su viaje y cruzó mirada con él.
Al principio quise creer que la manera cariñosa que se trababan era porque se tenían aprecio al ser cuñados, pero no -hizo una pausa para después continuar-

–Ese tipo de atención fue más allá, un día llegué a casa y ella estaba en celo, gimiendo tal cual situación.
Pero eso no fue lo que me sorprendió, lo que me horrorizó fue que el olor de tu padre salía de esa habitación y cuando la abrí me encontré con la peor escena de mi vida.

–No tiene sentido que te portes así conmigo o con el tema de mi cachorro.

–Ese día llegaba a decirle algo a tu padre -decidió seguir hablando-  yo estaba en cinta. Pero esa fue la última vez, a causa de la sorpresa lo perdí, así hasta hoy.
No puedo volver a quedar en cinta, no tomé mal el tema de tu cachorro, me sentí mal no le deseo a nadie eso; pero después pasó el sentimiento y siguió el rencor.

–Sigo sin verle el motivo justo, ese fue un error de ella no mío. Yo sufrí todo estos años, por tu culpa no puedo recordar nada, más duele esta marca. ¿Cómo es posible que intentaras quitarla? ¡Podía haber muerto!

–Lo que pasa es que ella pudo darle lo que yo no pude, un hijo. Tú, por ti todo se arruinó en mi mundo. Mi alfa, mi vida, mi razón de ser omega; todo eso dejó de existir en mi mundo.

–Tu crees que yo no me siento igual, he vivido este año en mentiras. Le suplico me diga la verdad -hablé de usted al ya no generar parentesco con ella-

–Tú tenías una alfa en la ciudad, vivías junto a ella. Todo eso sucedió porque te fuiste de casa al ver todo lo que sucedía, siempre mi marido trató de tocarte como una omega y yo era obligada a no alejarte para que él no me deje.

–¿Cómo llegamos aquí? La marca y eso -toqué mi cuello por instinto- no sabe los días que pasé de angustia por todo lo que pasó. ¡No sabe la tortura que es escuchar o recordar fragmentos de mi vida sin saber que significa!

–¡Todo lo hice por mi bien! No podría hacer nada si me quedo sin mi alfa, tu lo tenías todo vivías feliz con ella, mientras yo soportaba el maltrato y las palabras de mi alfa para que te regresara a casa y ser la familia perfecta.

–¿Y qué ganó a causa de eso? ¡Que solo se gane el mayor de mi odio hacia usted! Puede haber pasado el mayor de los pecados con mi padre sobre lo que le hizo pero no es excusa para que la cargue hacia otras personas.

Se levantó de su puesto y se arrodilló frente a mi, por un momento pensé que pediría disculpas pero creo que soy muy generosa o tonta al pensarlo.

–No te puedes ir, si te vas mi alfa me dejará o puede maltratarme -habló seria, ni se notaba amabilidad en sus palabras- también tomaré acciones contra ti.

SOLO MÍA, MI LUNA Y YO TU SOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora