UN JUEGO DE SEDUCCIÓN. (TS #1)

CAPÍTULO 25.

Aisley.

Por la noche para mi sorpresa mi padre me llama, la verdad es que no lo esperaba. Cuando me felicito por mi trabajo en el bufete Ivanova, supe que no le había gustado para nada esa idea, pero se guardó todo lo que me tenía que decir.

— Hola princesa. — Me saluda cariñosamente.

— Hola papá, pensé que no me ibas a devolver la llamada.

— Perdón princesa, estaba ocupado.

— Como siempre. — Murmuro.

— ¿Cómo están las cosas con Jesse, mi amor?

¿Mi padre preguntándome por Jesse? Esto es nuevo y muy extraño, algo no va bien aquí.

— Bien papá, ¿Por qué lo preguntas?

— Porque si le hace algo malo a mi princesa, a mi única hija se va a arrepentir, ¿Lo sabes, verdad?

— Si papá, lo sé. — Pongo los ojos en blanco, porque sé que no me puede ver. — Pero no tienes nada de qué preocuparte, las cosas están bien entre nosotros.

— Me da gusto mi amor, ¿Está contigo?

Esto es demasiado extraño, mi padre me devuelve la llamada y ahora se interesa por mi relación.

— No papá, está en Canadá con su hermano.

— ¿Ah sí? ¿Y haciendo que cosa?

— No lo sé, solamente me dijo que algo sobre la empresa de su hermano y que iba a regresar en un mes. — Hago una mueca al recordarlo.

— ¿Un mes? Es demasiado tiempo, ¿No, princesa?

— Si, papá lo es. Pero estoy segura de que Jesse no es precisamente el tema de conversación que quieres tener conmigo.

— Así es mi amor, no quiero hablar de él, pero sí de otro evento importante.

Y con evento, se perfectamente a lo que se refiere y lo que va a decir a continuación.

— Papá, no comiences con lo mismo. — Suspiro.

— Aisley, eres mi hija, eres una Káiser y es un evento importante. Tu lugar está al lado de tu madre, de tu hermano y mío, como lo que eres mi amor. Solamente te pido que asistas.

— Papá, debes de suponer que asistiré al evento, pero no como Aisley Káiser. Voy a asistir como Aisley Montgomery, la asistente personal del Dr. Ivanova.

— Bueno, al menos lo intente, ¿Tu hermano regresará contigo a Nueva York después del evento? Me dijo que iría a visitarte, pero al parecer se van a ver antes.

— Si va a venir a visitarme, pero no sé si regresará conmigo papá. Sabes que lo extraño.

— Y yo te extraño a ti mi amor, tu madre también. Sabes que te podría comprar un bufete para ti.

— Yo también los extraño papá. Pero no voy a aceptar eso, sabes que no es lo que quiero.

— Si, sí. Ya sé que quieres ser alguien sin tener que usar el apellido Káiser. — Repite mis palabras.

— Así es papá, ya lo sabes, solo quiero que estés orgulloso de mi, por favor. Papá, yo te amo. — Las lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas.

— Mi amor, estoy orgulloso y lo sabes perfectamente. Pero también sabes que no me gusta que niegues que eres mi hija.

— Papá, no lo niego, simplemente prefiero ocultarlo. Sabes que con solo mencionar el apellido Káiser todos quieren algo de mí.

— Lo se mi amor, solo espero verte en el evento. Te amo princesa.

— Yo también papá, dile a mamá que la amo. — Corto la llamada.

Es mi padre y por supuesto que lo amo, pero no puedo olvidar las veces que lo necesite y no estaba para mí, pero si en un quirófano. Siempre he respetado su trabajo, tanto como el de mi madre, pero sobre todo el de mi padre, es neurocirujano y ha salvado cientos o quizá miles de vidas a lo largo de su carrera. Pero soy su hija y siempre me ha hecho falta mi padre.