UN JUEGO DE SEDUCCIÓN. (TS #1)

CAPÍTULO 77.

Aisley.

Desde que era una niña antes de cada evento de la Fundación, mamá llevaba a casa estilistas y demás para que me arreglarán. Al cumplir catorce años Logan se volvió mi estilista personal y el arcoíris de mi vida. Me hacía más fácil tener que lidiar con ser la hija de William y Alicia Káiser. Pero hoy fue una experiencia totalmente diferente arreglarme para esto.

Mamá, por supuesto sigue siendo la reina del perfeccionismo. Eso jamás va a cambiar; pero fue todo más divertido desde el primer momento, así que regresar a ser la hija de William y Alicia Káiser ante las cámaras será menos duro el impacto, sobre todo por tener a Aarón conmigo.

Ayudar a Melinna a elegir su vestido y a arreglarse fue increíble. Me hizo pensar en mi mini bolita y en la posibilidad de que sea una niña. Sería muy feliz comprando vestidos, diademas, moños rosas, decorando la habitación para mi princesa.

No sé por qué me emociona tanto ver a Aarón con un smoking puesto, a diario usa trajes negros a la medida, y como obviamente ira de negro, fue la razón por la que elegí el vestido negro largo de encaje con la espalda totalmente descubierta, que compré en Dolce & Gabbana. No sé qué tiene con estos vestidos, lo único que sé es que le gusta y el vestido es precioso.

El maquillaje que hizo Logan hizo en mi — impecable como siempre — aunque en esta ocasión mucho más simple. Un perfecto delineado negro, una sutil sombra roja solamente para dar profundidad, el rostro perfectamente definido, labios rojos al igual que unos tacones de quizá catorce centímetros y una preciosísima bolsa de mano roja a juego con todo, el cabello acomodado de lado y rizos sueltos. Considerando que estamos en una ciudad con playa, muchísimo fijador de maquillaje y después de cuatro horas estamos listas. Solo espero que Aarón también lo esté, aunque según se burlaba Annia, los rusos son muy puntuales.

Cuando salimos de la habitación, siento que si hubiera una máquina de humo sería increíble. Mamá lleva un vestido azul turquesa. Se ve impecable y perfecta como siempre, como todos sabemos que le gusta. Aleshka uno blanco con algunas piedras plateadas, aunque un poco suelto, el embarazo se le comienza a notar. Karina uno color vino, muy elegante y discreto. Annia uno rojo que resalta increíblemente sus ojos, a diferencia de mi vestido, el suyo tiene un escote casi llegando al ombligo. Ninette uno azul rey con la pierna descubierta. Y, por último, Andrea uno rosa palo con su característico escote en el busto, aunque sería imposible esconderlas.

Justo cuando estamos en la estancia, escucho la voz de Aarón y la de los niños, poco después también las voces de Danielle y Darrell. Hablan algo en ruso y no logro entender lo que dicen, pero en cuanto Aarón sale de la cocina las piernas me comienzan a temblar y no estoy segura si voy a desmayarme o a comérmelo a besos. Se hace un silencio hasta que Melinna tira de las chaquetas de Aarón y Danielle.

— Te ves... — Repiten al unísono y ninguno termina la oración, comienzo a creer que están sincronizados o algo así.

— Se ven hermosas, pero ninguna como mi princesa. — Dice Darrell y levanta a Melinna en sus brazos, yo me acerco a Aarón que como suponía, pone la palma de su mano en mi espalda.

— Me muero por quitarte este vestido. — Me susurra al oído.

— Te escuché. — Se burla Danielle. — Esta es la razón por la que te digo preciosa. — Me guiña un ojo. — Cuando Aarón te colme la paciencia, sabes en dónde encontrarme. — Suelto una carcajada y Aarón pone los ojos en blanco. — Venga ya, que es broma. — Le da un golpecito en el hombro.

— Tú también te ves muy guapo. — Le guiño un ojo.

— Preciosa, no necesito traer esto para verme guapo. — Egocéntrico como Aarón, quizá por eso se llevan tan bien. — La prensa va a comerte viva preciosa, todos querrán una foto contigo y obvio yo no voy a perderme salir en las revistas con la hija de Alicia Káiser. — Puedo notar que Andrea se siente incómoda y me aclaró la garganta, señalándole a Andrea con los ojos. — Cierto, que imbécil soy. — Asiento, pero creo que es más de lo él mismo dijo, ya que entendió mal. — Alicia, te ves bellísima, ¿Segura que no quieres divorciarte de William? — Mamá suelta una carcajada y lo toma del brazo. Mientras yo apoyo la frente en el hombro de Aarón y me da un beso en la cabeza, puedo sentir como sonríe.