CAPÍTULO 88.

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Aarón.

La reacción de Aisley me tomó por sorpresa, a este punto pensé que ya se querría ir. Realmente está muy, muy relajada, pero no sé hasta qué punto vaya a estarlo. Quizá solo está guardando la compostura para no hacer un escándalo en público y probablemente cuando salgamos de aquí vaya a explotar, gritarme, llorar o algo peor.

Pero solo me basta recordar el berrinche me hizo en el hospital de Los Ángeles para darme cuenta que no le importaría hacerme un escándalo aquí. Así que probablemente no vaya a pasar nada de eso. Al menos no hasta que comience a preguntarme ciertas cosas a mí, que sé de sobra no le gustarán.

Cuando Edward menciono a Sasha pude notar lo tensa que se puso, y no tardará en preguntarme sobre ella. Solo espero que no se le ocurra poner un pie aquí o Aisley no va a esperar hasta que estemos solos para preguntarme algo. Ya lo ha soportado mucho. Ha este punto pienso que ya no es buena idea que sigamos aquí, los socios continúan llegando cada vez más y aunque ambos tenemos la pulsera blanca, no existe una que prohíba mirar.

Al parecer no soy el único que se muere por desnudar a Aisley. Ese maldito vestido que le queda tan ceñido a las caderas y luce como reloj de arena. Definitivamente no es buena idea que sigamos aquí. Hace semanas no ponía un pie aquí, además que Danielle se está derritiendo por ir a follarse a todas las mujeres que hay en el club y las que faltan por llegar esta noche.

— ¿Quieres irte? — Le pongo un mechón de cabello por detrás de la oreja. Danielle y yo cerramos los ojos al escuchar una voz a mi espalda.

— ¿Te vas tan rápido? Aún es temprano. — La inconfundible voz de Sasha.

Acaricia mi hombro, le retiro la mano antes que aquí pase un accidente. Frunce el ceño, pero se inclina a saludar a Danielle con dos besos en las mejillas y literalmente pone su trasero en mi cara.

— Hola guapo. — Aisley se tensa al escucharla y va vestida con sus usuales vestidos de cuero.

— Sasha. — Digo a modo de saludo y despedida a la vez, mientras me pongo de pie. — Te veo luego Danielle. — Aisley se acerca a despedirse de él dándole un abrazo y le susurra algo al oído que no logro escuchar, pero suelta una carcajada.

— Ten por seguro que no preciosa, no es mi tipo. — Y ahora entiendo lo que le susurró al oído. Que no fuese a follarse a Sasha. — Te veo mañana para que no me extrañes. — Le guiña un ojo y cuando nos vamos a dar la vuelta, la voz de Sasha nos detiene.

— Entonces es verdad, preferiste a la princesita de papá. — Me giro molesto al escucharla. — A esta hora ya me tendrías con las piernas abiertas. — ¡Carajo!

— Es mejor que te calles, lo que yo haga o no, es algo que a ti no te importa. — Le advierto sin soltar la mano de Aisley.

— ¿Ahora te gustan las mojigatas? — Dice demasiado alto y tenemos muchas miradas encima.

— Ten cuidado con lo que dices Sasha. — Le advierte Danielle.

— ¿Tú también defiendes a la princesita de papi? — Suelta una carcajada. — Quizá y no eres tan mojigata, quizá ya te follaste a Danielle y por eso te defiende tanto. — Carajo, ese comentario le molesto a Aisley y no es para menos.

— Prefiero ser una mojigata que una zorra. — Danielle suelta una carcajada y levanta el pulgar a modo de aprobación. Sasha levanta la mano e intenta golpear a Aisley, pero le detengo la mano.

— No te atrevas a ponerle una mano encima. — Le advierto.

— Me acaba de llamar zorra. — De un tirón se suelta.

UN JUEGO DE SEDUCCIÓN. (TS #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora