CAPÍTULO 80.

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Aarón.

Si Aisley pudo poner en su lugar a Alicia Káiser, sin duda alguna será una estupenda abogada y la más hermosa. Salimos de la pequeña habitación hasta la sala en dónde se encuentra todo el alboroto. Personas bebiendo champagne, comiendo alguno de los bocadillos, la prensa.

— Aún tengo sed. — Se queja Aisley y recuerdo que de hecho no ha bebido nada. Justo en ese momento pasa un mesero con copas de champagne y tomo una.

— ¿Puedes traernos una copa de champagne sin alcohol? — Asiente y se retira.

— ¿Me das de la tuya? — Prácticamente me suplica y niego con la cabeza sonriendo.

— Dicen que las embarazadas no pueden beber alcohol. — Dice una voz masculina y al parecer Aisley la reconoce al instante.

— ¡Jackson! — Literalmente salta a sus brazos, pero si una mujer hiciera eso conmigo no me hablaría durante el resto del día, pero tengo que aceptar que no me gustó para nada. — Te presento a Jackson, es mi primo, hijo de mi tío Derek. Jackson, él es Aarón. — Ahora voy a tolerarlo un poco más.

Un placer conocerte. — Me estrecha la mano y solamente asiento.

— Si tu padre se especializa en trauma, ¿Entonces tú...? — Es más fácil identificar a la familia de Aisley por su especialidad médica.

— Ginecología.

Ahora ya no me gusta para nada y espero por su bien que no se ofrezca a ser su ginecólogo.

¿Y cómo está la única abogada de la familia Káiser? — Aisley le da un golpe en el brazo, aunque debió ser en la cara, pero me conformo. El mesero regresa con la copa sin alcohol de Aisley, y se la bebe rápidamente.

— Necesitaremos más. — Le digo al mesero y simplemente asiente. — Voy un segundo con Danielle. — Le susurró a Aisley en el oído y asiente.

— ¿Quieres recordarme por qué estamos aquí? — Se queja en cuanto me acerco.

— Tú eres proveedor de William y yo, por Aisley. — Pone los ojos en blanco. — ¿En dónde dejaste a Andrea? — Me burlo y vuelve a poner los ojos en blanco.

— No la he visto, gracias al cielo. — Y entonces caigo en cuenta que yo tampoco. — ¿Ves a aquella rellenita de allá? — Señala con la cabeza discretamente a la que casi bofetea a Aisley.

— Se llama París y no está rellenita idiota, está embarazada. — Por poco se ahoga con el champagne. — ¿Qué carajo te pasa?

— ¿Y tú cómo sabes eso? — Se limpia la comisura de la boca.

— Aisley y ella tienen problemas desde hace años, hace un rato tuvieron un encuentro algo desagradable. — ¡Carajo! — ¿Es en serio Danielle? — Le da un sorbo a su copa y asiente. — ¿En dónde?

— En el armario, alguien tenía el baño ocupado. — Ambos soltamos una leve carcajada.

— ¿Y no te diste cuenta que está embarazada? — Niega con la cabeza y no me lo puedo creer. — Danielle, es obvio. — Se encoge de hombros.

— Creó que ahora entiendo por qué parecía tan urgida, las hormonas. — Mira en su dirección y le sonríe. — Te vas a divertir mucho con Aisley embarazada. — Asegura. — Pero su esposo casi nos ve, o sea, no me molesta, pero hubiera sido incómodo que me encontrara follándome a su esposa embarazada. — Justo en ese momento aparece Aisley a nuestro lado.

— Se follo a París. — Le digo bajito.

— Qué asco. — Hace una mueca y por supuesto a Danielle no le importa. Aisley se lleva la copa a los labios, pero se la quita. — ¿Qué te pasa? — Se queja.

UN JUEGO DE SEDUCCIÓN. (TS #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora