CAPÍTULO 31.

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Aarón.

El fin de semana paso más lento de lo normal, incluso acepte salir a comer con mi madre, Annia y Ninette para dejar de pensar en Aisley, aunque fuera un par de horas.

El domingo, Annia no dejo de molestarme y burlase durante horas, incluso durmió conmigo y aun no entiendo por qué se lo permití, quizá porque no estaba pensando en Annia, tampoco me importaba mucho lo que me dijera, creó que no escuche ni el cincuenta por ciento de lo que me dijo.

El lunes por la mañana, tengo demasiado claro lo que hare cuando llegue al bufete. Voy a entrar a la última planta alrededor de la misma hora como siempre, luego le pediré a Aisley que entre a mi despacho y en cuanto la puerta se cierre, pegare su espalda a la pared para hacer lo que he deseado desde ese sábado que la vi en el club.

Subo a mi Audi R8 y conduzco durante diez minutos para llegar a mi bufete, son exactamente las 9:00am cuando subo al ascensor. Pero me llevo una enorme sorpresa al salir y no ver a Aisley en su escritorio, pero su auto estaba a un lado del mío.

¿En dónde carajo esta? Mi plan se ve frustrado, al menos por un par de minutos, me paso la mano por el cabello y comienzo a caminar hasta mi despacho. Pero cuando abro la puerta me quedo boquiabierto. Joder, esto no me lo esperaba.

Al borde de mi escritorio se encuentra Aisley sentada con el mismo vestido que me ha vuelto loco desde el primer momento en que la vi, con una amplia sonrisa en sus labios.

— Fui demasiado lista como lo dijiste. — Me guiña un ojo. — Fue muy ingenioso el juego de las rosas negras, eres muy observador.

— Siempre lo he sido, es mi trabajo. — Le digo acercándome lentamente a ella.

— ¿Por qué lo hiciste así?

— Fue divertido, ¿No? — Digo con una sonrisa burlona.

— No, no lo fue, me hiciste esperar una semana y tenía la respuesta en mi jefe. — Su respiración se acelera.

— Sabía que lo descubrirías antes. — Dejo caer mi portafolio al piso y quedo a centímetros de ella.

Joder, no voy a poder soportarlo más, llevo más de una semana deseando este momento y ahora la tengo aquí, con este jodido vestido; mis pantalones están a punto de explotar, necesito más que estar cerca de ella, necesito tocarla, recorrer su cuerpo, besarla y estar dentro de ella.

Pongo mi mano en su espalda desnuda y comienzo a recorrerla con el dedo índice lentamente, mientras su piel comienza a erizarse y su respiración se acelera. Exactamente esto es lo que quería lograr en su cuerpo, pero esto es apenas el comienzo. La tengo aquí y no voy a dejar que se vaya por ningún motivo, nadie me va a detener.

UN JUEGO DE SEDUCCIÓN. (TS #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora