CAPÍTULO 10.

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Aarón.

Es increíble que mis hermanas se hayan salido con la suya una vez más esta noche, no tuvieron suficiente con obligarme a traerlas, también me obligaron a quedarme. Aunque después de todo no fue tan mala idea, si algún idiota intenta propasarse con ellas no dudare en partirle la cara, sobre todo con esos jodidos vestidos que se pusieron y que se negaron a cambiarse.

Por suerte vi a un par de amigos y no tuve que quedarme solo en uno de los clubs más exclusivos de Nueva York, pero aun así desde otra área de la zona VIP puedo ver a mis hermanas en la pista con otras dos chicas, un par de años mayores que Annia.

Una de ellas con un vestido rojo. Aunque se ve bien, pero para mi gusto tiene unos pechos demasiado grandes y el escote de su vestido deja muy poco a la imaginación.

Pero su amiga... un vestido negro de infarto que le queda a la perfección con su figura, pechos de tamaño perfecto, piernas un poco marcadas por el ejercicio, cintura pequeña pero no demasiado, caderas enormes y un trasero impresionante, joder y ni que decir de ese escote en la espalda, para acariciar su espalda desnuda lentamente y detenerme justo en la curva de su impresionante trasero. Pero debo alejar esos pensamientos, por ello me levanto y voy a la barra por un whisky.

Decido quedarme sentado en uno de los taburetes y beber whisky escoces. Debido al tipo de club, sería un pecado no tener de los mejores. Pero dejo de pensar en el whisky cuando me percato que una mujer intenta alejar a un hombre a tan solo un par de metros de mí, por mis gustos sexuales muchos dirían que no me importan las mujeres, pero no es así, ante todo soy un caballero y se respetar cuando una mujer se niega a algo, cosa que ese tipo no sabe hacer.

Por lo cual me levanto tranquilamente de mi taburete y me acerco a ellos con mi vaso de whisky en la mano, luego me doy cuenta de que es la amiga de Annia, la chica de vestido negro de curvas perfectas.

— ¡Qué no, aléjate! — Exclama ella.

— No hagas como que no quieres, ve como vienes vestida. — Le dice el tipo acercándose a ella y retrocede inmediatamente.

— Creo que la señorita te dijo que no. — Digo tranquilamente mientras me coloco detrás de ella.

— Ah no, amigo. Yo la vi primero, así que me la quedo yo. — Me dice él. Maldito idiota. Pienso para mí mismo.

— En primer lugar, no soy tu amigo y en segundo, lárgate de aquí. — Me acerco peligrosamente a él.

— El que se debe de largar eres tú. — No lo pienso dos veces y lo inmovilizo con la cara en un taburete, mientras ella ahoga un gritito.

Le hago señas cuando veo al dueño del club, que además de ser mi cliente, es un viejo amigo de la universidad. En cuanto se acerca le digo.

— James, debes de cuidar a que idiotas dejas entrar a tu club, no quiero tener que salvarte el culo en los tribunales por problemas aquí dentro, estaba molestando a la señorita. — La señalo con la cabeza.

— Tan caballeroso como siempre Aarón. — Me dice con sarcasmo, por suerte ella no sabe a lo que se refiere. — Ya me encargo yo. — Le hace señas a dos hombres de seguridad que ayudan al idiota que tenía inmovilizado en el taburete a ponerse de pie. Me da una palmada en el hombro y se dirige a una asustada chica de negro, mientras le tiende la mano. — James Hopkins, soy el dueño de este club y amigo de tu salvador. Una disculpa, no te preocupes por la cuenta.

— Viene con Annia y Ninette, no te preocupes por eso. — Le devuelvo la palmada en el hombro.

— ¿Ninette está aquí? Tendré que ir a buscarla, te veo luego cuñado. — Dice la última palabra lentamente y yo lo fulmino con la mirada mientras se abre paso entre las personas de la pista.

— ¿Estás bien? — Le pregunto a una preciosa, pero asustada chica.

— Si, muchas gracias. — Se cubre la cara con las manos.

— ¿Necesitas algo? — Ni siquiera sé porque pregunte eso, bueno, si lo sé, quiero a esta chica en mi cama. Ahora me parece una excelente idea que Annia esté aquí.

— Gracias, pero no. Solamente necesito buscar a mi amiga y a, bueno, sus hermanas.

— No me hables de usted. — Le pido riéndome. — Yo también necesito encontrar a mis hermanas, sobre todo a Ninette, antes de que James la encuentre.

Pido un par de vasos de whisky en la barra y le tiendo uno a la preciosa chica de negro.

— Puede que te haga falta después de lo que paso.

— Si. — Asiente con la cabeza y suspira. — Muchas gracias de nuevo, en serio. No debí vestirme así.

— Nadie tiene el derecho de tratarte así, tranquila. — Le digo sinceramente. — Debo buscar a mis hermanas, ¿Vamos?

Asiente y se baja del taburete para comenzar a caminar junto a mí, realmente la quiero en mi cama. Después de varios minutos buscando a mis hermanas, las encontramos en el área VIP bebiendo champagne. Abro la cortina para permitir que ella pase primero y me encuentro con mis hermanas boquiabiertas al verme.

— Joder Aisley, creo que ya no necesite presentártelo. — Dice Annia aun con la boca abierta.

Ahora la preciosa chica de vestido negro de infarto ya tiene nombre, Aisley.

— ¿Qué haces con ella? — Me pregunta Ninette en tono acusador.

— Un idiota estaba molestándola, pero James ya se encargó de él. — Al mencionarlo Ninette sonríe ampliamente. — Ni lo pienses, no te vas a ir con él.

— ¡Oh, vamos hermanito! Por supuesto que sí, me está esperando, tú puedes llevar a Aisley y a Andrea a su casa, luego regresas con Annia a tu casa. Ahora me vas a ayudar a bajar las escaleras o puedo caerme, ¡Vamos! — Me toma del brazo obligándome a caminar. — ¡Nos vemos chicas! — Se despide gritando mientras comenzamos a caminar.

— Puedes caminar perfectamente Ninette, ¿Qué quieres?

— Sé en lo que estás pensando, hermanito. — Me mira con una sonrisa.

— ¿Y en que estoy pensando? Según tú — Enarco una ceja.

— Quieres follarte a Aisley, no creas que no me di cuenta de cómo la mirabas cuando estábamos en la pista. — Me acusa y yo suelto una carcajada. — ¡Oh, vamos! Sabes que tengo razón y aquí entre tú y yo, Andrea nos dijo que lo necesita, y bueno, por supuesto que tú también.

— ¿En serio? Ahora quieres buscarme a alguien para follar.

— Sabes que quieres hacerlo, no lo niegues.

No lo voy a negar, porque por supuesto que quiero hacerlo, pero no lo voy a aceptar ante mi hermana, ni hablar.

— Andrea nos dijo que Aisley envió su curriculum a tu bufete, deberías entrevistarla, sabes que necesitas a alguien que te ayude con los documentos que te están volviendo loco y que te tienen de tan malhumor, piénsalo. — Me guiña el ojo, pero luego me deja por ir con James que está esperándola al pie de la escalera.

Por supuesto que yo termino de bajar y hago que James se vuelva a mirarme.

— Cuidado con mi hermana James, o en lugar de salvarte el culo voy a pateártelo. — Le advierto.

— Vale, siempre me dices lo mismo. — Pone los ojos en blanco.

— Y tu Ninette, ponlo en su lugar si es necesario. — Le digo con una sonrisa a mi hermana.

— Por supuesto hermanito, siempre lo hago. — Me guiña el ojo. — Te quiero y piensa lo que te dije. — Me lanza un beso y se aleja con James.

Puede que la sugerencia de Ninette no sea tan mala idea, después de todo si necesito a alguien que sea el reemplazo de Susan y urgentemente. Voy a necesitar hablar con recursos humanos y yo mismo voy a entrevistarla el martes por la mañana. Quiero que la preciosa chica de vestido negro, con ahora nombre y cuando pude ver de cerca su vestido vi que tenía rosas en un fino relieve, convirtiéndolas en rosas negras y la hacían lucir jodidamente sexy.

Rosas negras, pienso para mí mismo y eso me da una idea.

UN JUEGO DE SEDUCCIÓN. (TS #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora