CAPÍTULO 45.

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Aisley.

A las 5:00pm entro al despacho de Aarón sin tocar, ni siquiera me detuve a pensar, pero en cuanto me ve sonríe. Me pide en silencio que lo espere dos minutos porque está atendiendo una llamada, tomo asiento en uno de los asientos que hay frente a su escritorio. Frunce el ceño y mueve el dedo índice indicándome que me acerque a él, cuando lo hago me jala por la cintura. Hace que me siente en su regazo, sonrió y le beso la nariz provocando que también sonría mientras sigue hablando, pero no entiendo ni una sola palabra de lo que dice ya que está hablando en lo que creo es ruso.

Luego de un par de minutos parece ser que se despide, pero yo sigo sin entender nada y creo que fruncí el ceño por mucho tiempo porque al momento en que cuelga suelta una carcajada.

— Veo que no entiendes ni una palabra de ruso. — Niego con la cabeza. — ¿A qué se debe tu visita? Y sin tocar. — Alza una ceja.

— Lo siento, quería despedirme. — Le doy un beso en la nariz y sonríe.

— Me gusta que lo hagas. — Pone su rostro en mi pecho. — Recuerda, a las 8:00pm, ¿Vale?

— Vale. – Le doy un beso en los labios. — Iré a comprar el vestido rojo para esta noche.

— Vale, te llamo más tarde, yo aún tengo un par de llamadas que hacer a Rusia. — Me da una palmadita en la parte baja de la espalda.

— Tú no llegues tarde. — Le guiño un ojo y me levanto de su regazo.

— Jamás, ten cuidado. — Me despido con la mano.

Luego me dirijo a Fifth Avenue y por supuesto está a repleta de personas; cuando entro a Dolce & Gabbana una mujer me recibe con la sonrisa más falsa del mundo. Luego de cerca de treinta minutos elijo un vestido rojo de manga corta, ajustado al pecho y a la cintura, pero suelto de la falda. Después entro a Louis Vuitton e inmediatamente me enamoro de unos preciosos tacones de aguja con la suela roja. Jamás había hecho compras de una manera tan rápida. Pero al pasar por Prada decido entrar y comprar un bolso negro de terciopelo.

Cuando llego al departamento son las 6:45pm, corro a ducharme y me depilo lo más rápido que puedo; a las 7:05pm comienzo a secar mi cabello para luego hacerme rizos sueltos, me maquillo suavemente, pero con un labial mate rojo intenso, cuando estoy por ponerme el vestido, mi celular comienza a sonar y veo el nombre de Aarón en la pantalla, pero son las 7:50pm, pero aun así contesto.

— Aún me quedan diez minutos. — Protesto.

— Lo sé, pero tenemos un problema.

— ¿Cuál? — Inquiero.

— Creó que no vamos a poder salir a cenar. — Y yo abro la boca, No puede dejarme plantada.

— ¿Por qué? — Alzo una ceja, aunque no puede verme.

— No tengo tu dirección. — Suelta una carcajada. — Salí de mi casa, pero no sé a dónde ir. — Yo también suelto una carcajada.

Le doy mi dirección y el código para el ascensor, me despido para terminar de arreglarme y exactamente a las 8:00pm la puerta del ascensor se abre y aparece Aarón con su ya usual traje negro hecho a la medida, una corbata roja a juego con mi vestido y una rosa negra en la mano, sonrió al instante.

— Te ves... — No termina la frase, en su lugar me besa profundamente elevando mi cuerpo unos centímetros del piso.

— Gracias. — Me sonrojo. — Eres muy puntual.

— Por supuesto. — Hace que me dé una vuelta. — Y tú eres preciosa. — Vuelvo a sonrojarme y observa todo el departamento. — Un penthouse en uno de los mejores edificios frente a Central Park, es muy el estilo de William Káiser.

UN JUEGO DE SEDUCCIÓN. (TS #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora