CAPÍTULO 39.

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Aisley.

Comienzo a subir las escaleras al tercer piso y entro a la habitación de Aarón nuevamente; y esta vez puedo verla con mucho más detenimiento. Paredes blancas, pero solamente en la que se encuentra la cabecera de la cama es color gris claro, dos sillones individuales de terciopelo negro y una mesa de centro de cristal, colchón muy amplio, la cabecera hace juego con los sillones de terciopelo, una colcha gris oscuro y según recuerdo, las sabanas son blancas, a cada lado de la cama hay dos mesitas de noche también en color negro.

¿Qué le pasa a este hombre con el color negro? En los muebles, sus autos, sus perfectos trajes hechos a la medida, obras de arte. Creó que incluso su bóxer era negro. Todo es negro.

En las paredes hay algunas pinturas en tonos blancos, grises y negros. Comienzo a caminar hacia el cuarto de baño y ¡Sorpresa! También hay mucho color negro aquí, el piso es de azulejos grises, un gran jacuzzi negro satinado, el cristal que rodea la ducha es ligeramente oscuro, lavamanos doble también en color negro, espejos redondos, un espejo de al menos dos metros con un marco negro satinado como el jacuzzi y las paredes blancas de mármol resaltan demasiado.

Entro a la ducha y abro el grifo, inmediatamente me recuerda a la ducha de mi antigua casa en Los Ángeles, a mi lado derecho hay algunas botellas, gel de baño y cuando lo abro es exactamente el olor que inunda mis fosas nasales cuando Aarón está cerca, un suave olor a menta con brisa de mar, cierro la botella y cuando tomo la siguiente es shampoo con un olor a perfume masculino que huele delicioso, la tercera botella es ¿Acondicionador? Bueno, menciono que Annia había dormido un par de veces con él desde que llego a Nueva York supongo que es por ella que está en su ducha, aunque teniendo en cuenta que Aarón tiene el cabello un poco rizado quizá si lo use.

Pongo un poco de gel de baño en la palma de mi mano y comienzo a frotar mis muslos para eliminar los fluidos secos.

Luego de un par de minutos me siento mucho más limpia, tomo un enorme albornoz y hago un nudo al frente, al salir hacia la habitación comienzo a buscar algo de ropa de Annia y por suerte encuentro unas bragas en el primer cajón de una mesita de noche, junto con una pijama de corazones, son más pequeñas que las mías, pero es mejor que ir sin bragas por todo el edificio, me las subo y definitivamente son más pequeñas, me quedan considerablemente ajustadas al trasero y las caderas; pero bueno, Annia es más delgada y yo tengo las caderas más anchas. Termino de vestirme y comienzo a bajar hacia el primer piso suspirando porque sé que voy a encontrar a Aarón con Annia.

Al terminar de bajar las escaleras los encuentro de pie y parece que Annia está rogando por algo, tiene las palmas de las manos juntas frente al pecho y hace un puchero con los labios; pero en cuanto me ve sonríe de ampliamente con una chispa de diversión en los ojos.

¡Joder! Obviamente supone lo que paso entre Aarón y yo, supongo que es demasiado obvio. No quiero saber lo que me esperara cuando volvamos al bufete.

— ¡Hola! — Exclama mientras se aleja de Aarón y le saca la lengua como una niña mientras se acerca a mí. — Te ves increíble. — Me guiña un ojo, ¡Joder!

— Hola Annia. — Le sonrió de medio lado.

— ¿Qué haces aquí con mi hermanito? — Alza una ceja.

— Annia. — Le advierte Aarón y la mira de una forma intimidante, que me provoca escalofríos, pero parece no importarle y simplemente se limita a poner los ojos en blanco.

— Vale hermanito. — Vuelve a poner los ojos en blanco.

— Cuidado con lo que preguntas pequeña, voy a ducharme. — Me mira directamente a mí. — Vuelvo en cinco minutos y podremos irnos al bufete, creo que se nos hizo bastante tarde — Me guiña el ojo.

UN JUEGO DE SEDUCCIÓN. (TS #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora