CAPÍTULO 84.

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Aarón.

Mientras Aisley está cómodamente sentada en el regazo de William como si de nuevo tuviera siete años, Danielle no deja de mirar el reloj.

— ¿Tienes que ir a algún lugar Voronin? — Pregunta William.

— Con la ginecóloga Evans papá. — Se burla Aisley y Danielle quiere asesinarla.

— No embaraces a mi mejor obstetra. — Lo señala con el dedo índice y Aisley suelta una carcajada.

Las bromas hacia Danielle continúan y casi media hora después al fin aparece el jefe de seguridad de William seguido por Cane. Nos informan que al fin podemos salir de aquí. Aisley se despide con muchísimo cariño de su padre y creó que por la mañana cuando subamos al jet para regresar a Nueva York va a dolerle mucho.

— ¿Nos vemos esta noche? — Luego de confirmar la hora. Al fin salimos del edificio sin problema alguno y sin miles de flashes en nuestros rostros. Dejamos a Danielle en su penthouse y Aisley se burla un poco más de él antes de que se baje del auto.

— Me dirás todo lo que te cuente, ¿Verdad? — Me dice con una súper sonrisa. — O te juró se lo preguntaré yo misma.

— Y te lo dirá, tenlo por seguro. — Sube sus piernas en mi regazo ligeramente abiertas, pero las cierra cuando Cane habla.

— ¿Bel Air? — Asiento.

Vuelvo a abrir las piernas de Aisley, aunque intenta cerrarlas y parece saber lo que pretendo porque niega con la cabeza y su expresión de horror me encanta. Aunque no pienso hacer nada con Cane y Taylor aquí, sé perfectamente que no podrá guardar silencio y terminará gimiendo, o gritando.

En su lugar simplemente pongo una mano en la cara interna de sus muslos y se sobresalta, pero no la muevo, y la otra la pongo en su vientre. Se relaja y coloca sus manos encima de la mía.

Unos minutos después al fin regresamos a Bel Air, pero hay demasiado silencio en la casa. Ella nos informa que todos salieron, pero los niños se quedaron y están jugando en el jardín con los cachorros. Por supuesto que Aisley me obliga a subir a que nos cambiemos de ropa y bajar con los niños después.

— Aisley, ¿Está todo bien? — Toco la puerta del baño con los nudillos cuando ha tardado más de lo habitual. No responde, así que abro la puerta y la encuentro de pie frente al espejo. No sé exactamente qué es lo que observa, pero tiene las manos en su vientre — ¿Qué pasa? — Pregunto con el ceño fruncido.

— ¿Cuándo crees que se me comience a notar? — Parece preocupada. Me encojo de hombros y niego con la cabeza mientras me pongo detrás de ella. — ¿Crees que vaya a tener una súper barriga? — Pongo las manos encima de las suyas y hace la cabeza hacía atrás. — ¿Ya se me nota? — Ahora parece asustada.

— No, ni siquiera parece que estás embarazada, aún es muy rápido cariño, relájate. — Le doy un beso en la cabeza y la sacó de ahí antes que continúe haciendo preguntas sin sentido. — Y cuándo sea más que evidente, te verás hermosa. — Finalmente sonríe y se pone de puntitas para darme un beso. Cuando salimos al jardín, Maxim, Melinna y los cachorros corren hacía Aisley.

— ¿El bebé está bien? — Maxim acaricia levemente el vientre de Aisley.

— Si campeón, todo está bien. — Respondo y me sonríe.

Nos sentamos en el césped mientras los cachorros corren a nuestro al rededor. Ella trae sándwiches, fruta y whisky para mí, lo cual agradezco enormemente. Me recuesto en el regazo de Aisley y como siempre lo hace, comienza a acariciarme el cabello y sus uñas largas lo hacen aún mejor.

UN JUEGO DE SEDUCCIÓN. (TS #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora