CAPÍTULO 72.

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Aarón.

Jamás había sido romántico, como se lo dije a Aisley, antes no era muy expresivo, era demasiado frío con todos incluso mis hermanas y mi madre, que son las mujeres que más amo. Pero con Aisley es totalmente diferente, soy capaz de decir o hacer cosas que si hace unos meses alguien me hubiera dicho que las diría o haría, me hubiera burlado en su cara. Sin embargo, aquí estoy, solo por verla sonreír.

— ¿Tu madre vendrá? — La miro por unos segundos y enarca una ceja.

— Llegan esta noche a esta hora el jet debe de estar llegando al aeropuerto en Nueva York.

— Karina es una increíble mujer. — Vuelve a sonreír ampliamente. — Ojalá pudiera quedarse más tiempo en Nueva York.

— Mi madre te adora princesa, pero en el hospital la necesitan, tú más que nadie sabe cómo es eso. — Suspira y asiente.

— ¿Y tu hermano...? — Intenta recordar su nombre, pero no lo logra.

— Darrell. — Suelto una carcajada y me sonríe a modo de disculpa. — La verdad es que no lo sé, hable con él hace una semana y me dijo que dependía de Aleshka. — Frunce el ceño sin entender. — Es su esposa, es diseñadora y al parecer iba a tener un evento o algo así, ni siquiera él sabía exactamente, pero me había dicho que si vendrían me avisaría el viernes, así que me debió haber avisado ayer o quizá hoy lo haga.

— Me gustaría saber cómo eres con tus sobrinos. — Suelto una carcajada.

— Vamos princesa. — Estacionó el auto y me pongo unos lentes para cubrirme del sol, abro mi puerta para rodearlo y abrir la de Aisley. — Será mejor que te pongas tus lentes, hemos tenido suerte de no tener a toda la prensa encima de nosotros.

— El escándalo fue en Nueva York, aquí no hemos hecho nada malo. — Se pone de puntitas para darme un beso en la barbilla. — Todavía. — Me guiña un ojo.

— Si, pero la hija de William Káiser regresó a Los Ángeles, es un escándalo mucho más grande. — Suelto una carcajada y entrelaza nuestros dedos para girar sobre sí misma, supongo que buscando el auto de Danielle.

— ¿En dónde están? — Cruza los brazos presionando su pecho y creó que no puede imaginarse lo sexy que se ve. Me limito a encogerme de hombros y enciendo el vibrador, prácticamente da un saltito y cubre su boca con una mano para no gritar. — Deja de hacer esto. — Dice jadeando y le guiño un ojo mientras subo la potencia.

— Ven aquí. — Inmediatamente apoya la frente en mi pecho jadeando, subo un poco más la potencia y entierra sus uñas en mi cintura. Creó que esto no fue una buena idea, ahora tendré que estar en Beverly Hills con una erección. — A la mierda con el vestido. Eso puede esperar, sube al auto. — Tiene las mejillas sonrojadas y ambos subimos rápidamente al auto.

— Apaga esto, por favor. — Echa la cabeza hacía atrás y gime bajito.

— No y no te corras. — Junta las piernas y se cubre la cara con ambas manos.

— Ya no lo aguanto, por favor, ¡Rápido! — Prácticamente me grita.

— ¿Un hotel? — Enarco una ceja.

— No, ni hablar, ¡Aquí! — Vuelve a elevar la voz. — Entra a ese estacionamiento, son varios pisos en el último no creo que haya muchos autos. — Hago lo que me pide y entonces eleva un poco su trasero del asiento y se quita las bragas, para después desabrochar mi cinturón y el botón de los jeans. — Ahí. — Señala un espacio vacío al fondo enseguida de una columna.

— Este no es el último piso. — Detengo el auto y en un segundo tengo a Aisley a horcajadas en mi regazo.

— Cállate. — Presiona sus labios contra los míos y comienza a mover sus caderas encima de mí, ¡Carajo! Lo hace aún más difícil. — Mueve el asiento hacía atrás. — Gime contra mis labios y mueve más rápido las caderas, esto se volvió casi doloroso.

UN JUEGO DE SEDUCCIÓN. (TS #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora