Aisley.
He tenido pesadillas durante los últimos seis años, a veces con más frecuencia y otras pueden pasar hasta dos semanas sin que me despierte a mitad de la noche, cuando ese recuerdo me atormenta. Mi vida no volvió a ser igual desde esa noche, algo en mi se rompió y ni siquiera la terapia pudo volver a pegar esa parte. He vivido como si nada hubiera pasado, la terapia me ayudó en ciertas cosas, pero no en todas. Pero el recuerdo sigue ahí y temo que jamás vaya a desaparecer.
Cuando Aarón me dijo que todo estaba bien y que iba a estar conmigo, solo por un segundo todo desapareció. Su forma de llamarme princesa me hizo sentir mejor dentro de todo lo que estaba pasando, cuando me abrazaba no quería que esa sensación desapareciera y creó que en el resto de la noche no dejo de abrazarme. Cuando despierto veo que me está mirando fijamente, me froto un poco los ojos y me acaricia la mejilla.
— Buenos días. — Me da un suave beso en la frente.
— Buenos días. — Suspiro bajo sus suaves caricias.
— ¿Estás bien? — Escondo la cara en su pecho y asiento. — Aisley.
Sé que en algún momento tendré que contarle lo que pasó, pero me da miedo lo que vaya a pasar después. Simplemente quiero sentirme segura entre sus brazos un poco más. No quiero que se aleje. Sin poder evitarlo vuelvo a sollozar y suspira mientras me abraza más fuerte.
— No quiero que te alejes cuando lo sepas. — Vuelvo a sollozar y me aferro a su cintura.
— Aisley, eso no va a pasar, te lo prometo. — Me da un beso en la frente.
— Me da miedo lo que pasé después. — Suspiro.
— Siempre voy a estar contigo, incluso cuando no quieras que lo esté. — Y con esas palabras sollozo más fuerte.
— Hoy no, por favor. — Gracias al cielo asiente.
— Vale. — Puedo sentir como suspira. — ¿Aún te duele? — Y ahora puedo sentir como se ríe suavemente.
— ¡Si! — Exclamo. — Es como si aún te tuviera dentro. — Suelta una carcajada.
— Eres una exagerada princesa. — Dice aun riéndose.
— No soy exagerada. — Lo golpeó con una almohada y se ríe más fuerte.
— Si lo eres.
— Y tú eres un grosero. — Vuelvo a golpearlo, pero esta vez se pone encima de mi sujetando mis muñecas con sus manos.
— Solo no camines con las piernas abiertas. — Se inclina para besarme burlándose.
Intento librar mis muñecas para poder tocarlo, pero presiona más fuerte y niega con la cabeza. Usando mis pies y con mucha dificultad le bajo el bóxer, sonríe contra mis labios y profundiza el beso, incluso nuestros dientes chocan un par de veces. Gimo cuando comienza a acariciarme de arriba abajo, pero luego veo la hora y me separo de sus labios.
— ¡No, no! Es tarde. — Pone la cara entre mis pechos por encima de su camiseta.
— Aún tenemos tiempo. — Me muerde suavemente.
— No, no. Vamos. Necesito ducharme.
— Vale. — Pone los ojos en blanco y me suelta las muñecas. Entonces comienzo a caminar hacia el cuarto de baño. — Cierra las piernas, princesa. — Suelta una carcajada y le lanzo mi sostén que estaba en el piso.
Pero antes de poder entrar al baño, me sujeta por la cintura y me levanta del piso con un solo brazo, mientras yo suelto un grito de sorpresa. Abre el grifo y me deja bajo el agua fría sin quitarme su camiseta. Tiro de su brazo y entonces ambos quedamos bajo el agua fría.
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UN JUEGO DE SEDUCCIÓN. (TS #1)
RomanceSeducción 1. Ella tenia la típica vida de estudiante universitaria, al hombre perfecto a su lado, romántico, caballeroso, el sueño de cualquier mujer, ella creía que su vida era perfecta y normal. Pero eso cambio el día que coincidió con un hombre r...