CAPÍTULO 12.

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Aarón.

Me siento como un puto adolescente que no puede controlar una jodida erección por una chica que acaba de conocer y realmente ni siquiera lo entiendo. Vale, es guapa, pero hasta ahí, me he follado a muchas mujeres guapas, igual o aún más que ella, pero tiene algo diferente que me tiene demasiado intrigado. Aunque esta noche estaba algo ebria, tiene una voz como ninguna otra y joder, ese vestido le quedaba de infarto, creo que nadie más lo luciría como ella.

Si, definitivamente hablare con recursos humanos el lunes a primera hora para que venga a una entrevista que yo mismo haré. Necesito urgentemente una asistente, pero a quién quiero engañar, eso solamente es un pretexto, puedo contratar a cualquier aspirante, pero yo la quiero a ella solamente.

Seré capaz de ofrecerle un sueldo mucho más elevado de que lo que debería con tal de que trabaje para mí y no va a poder negarse, soy demasiado egoísta como para aceptar un no por respuesta, quizá esa es una de las razones por las que en el mundo legal muchas personas me respetan y según mis hermanas, soy demasiado intimidante, ¿Abre intimidado a Aisley? Si, por supuesto que sí, estaba algo nerviosa y eso me pone demasiado.

Necesito saber un poco más sobre ella, lo que sea. Pero sobre todo la necesito en mi cama, no importa que tenga que hacer, pero voy a conseguirlo. Joder, ¿En verdad yo voy a rogar por meter a una mujer en mi cama? Por lo general es todo lo contrario. Jamás me he visto en la necesidad de insistir y mucho menos rogar, pero para todo hay una primera vez, como dicen.

¡Que se jodan! Quiero meterme entre sus piernas. Y gracias al cielo mis respuestas abren mi puerta, a esta hora solo puede ser una persona, Annia.

— ¿Puedo dormir aquí contigo? — Me hace un puchero con el labio inferior y doy palmadas a un lado de mí, indicándole que se recueste.

En cuanto está a mi lado, me rodea la cintura con su brazo y apoya la mejilla en mi pecho, Annia es a la única mujer que le he permitido dormir así conmigo. Cuando se lo permití a alguien más, meses después me fui de Rusia y sinceramente no me arrepiento de nada.

— Vamos hermanito, pregúntalo. — Me dice sonriendo contra mi pecho.

— ¿El qué? — Inquiero.

— ¡Oh, vamos! Ambos sabemos que quieres preguntarme algo sobre Aisley.

— Por supuesto que no, solamente se su nombre.

— Precisamente por eso, sé que quieres saber algo más. — Vuelve a sonreír.

— Annia. — Le advierto.

— ¡Venga! Sé exactamente lo que quieres de ella. — Se incorpora para mirarme a la cara.

— ¿Y qué es lo que quiero, sabelotodo? — Pongo los ojos en blanco.

— Ambos sabemos que quieres follártela, no puedes negarlo. Eres mi hermano y te conozco lo suficiente como para saber cuándo miras a una mujer con deseo, todos los hombres lo hacen. — Me sonríe burlona.

— Annia, por supuesto que no. — Me paso la mano por el cabello frustrado, ¡Demonios! Mi hermana me descubrió.

— Aarón, ambos sabemos que es así, no lo niegues.

— Si quisiera follarmela créeme que no te lo diría, además, no voy a tener esta conversación contigo. — Suelto una carcajada.

— Obviamente no quiero detalles, eso sería asqueroso. — Hace una mueca de asco. — Solo quiero que lo aceptes. Aquí entre tú y yo, sé que Aisley también quiere que te la folles, tanto o más como tú. — Suelto una carcajada.

— ¡Vaya! Ahora si literalmente crees saberlo todo, estas demasiado ebria, estás diciendo estupideces.

— Vale, estoy algo ebria, pero sigo consciente y sé perfectamente lo que digo. La verdad que, si tú no fueras mi hermano, yo también quisiera que te metieras entre mis piernas. — Me guiña un ojo.

— Por suerte solo eres mi hermana pequeña. — Le doy un beso en la frente. — Pero espero y no le digas esto a cualquier idiota que se ponga enfrente. — Le advierto.

— ¿Por quién me tomas? — Me da un golpecito en el hombro.

— Por lo que eres pequeña, una entrometida. — Me vuelve a golpear un poco más fuerte.

— No soy una entrometida, simplemente creo que ya es hora de que mi hermanito tenga novia, y la verdad es que Aisley me encanta para que sea mi cuñada. — Se frota la barbilla, asiente y luego dice. — Aisley Ivanova, me gusta.

Vale, mi hermana se volvió completamente loca, solo quiero follarmela, no pedirle que sea mi novia y mucho menos mi esposa.

— Vale pequeña, mejor ya duérmete. — Le rodeo la cintura con mi brazo y vuelve a acurrucarse en mi pecho.

— Vale, pero antes respóndeme una cosa.

— ¿El qué? – Inquiero.

— ¿Qué fue lo que te dijo Ninette cuando salieron del reservado? Creo saberlo, pero quiero que me lo confirmes.

— Solo te lo voy a decir para te duermas de una vez. — Suspiro. — Me dio la idea de contratar a Aisley como mi asistente. Sabes que necesito reemplazar a Susan urgentemente, estoy volviéndome loco. Me dijo que había enviado un curriculum a mi bufete, pero que nadie la había llamado aún.

— ¿Y vas a considerarlo o vas a contratarla como tu asistente? — Enarca una ceja y sonríe ampliamente. — No me respondas, sé que vas a contratarla. — Aplaude.

— Annia, solo lo hago porque estoy volviéndome loco con tanto papeleo en el bufete, sabes que tengo muchos casos a mi cargo y que son de los más complicados.

— Sí, eso lo entiendo, pero sé que también lo haces porque quieres follártela y vas a terminar haciéndolo en tu escritorio. — Suelta una carcajada.

Lo había pensado muchas veces desde que la vi por primera vez, pero ahora que Annia lo dice, suena aún mejor. Joder, necesito que sea lunes urgentemente, incluso voy a llegar más temprano de lo normal para poder subir directamente al piso de recursos humanos y que la llamen inmediatamente, quiero estar presente en esa llamada.

— ¿Y bien? ¿Vas a contratarla? — Enarca una ceja.

— Si pequeña, voy a contratarla, el lunes hablare con recursos humanos y yo mismo voy a entrevistarla.

— ¿Entrevistarla o follártela? — Suelta una carcajada.

— Puede que ambas. — Digo en un tono burlón y nos reímos juntos. — Ni una palabra de esto, ¿Entendido? — Le advierto.

— Sí señor. Pero cuando te dije que Aisley me gusta para cuñada, lo decía en serio, además, puedo asegurar que mamá la amaría.

— Vale, vale. Ya lograste que te lo dijera, ya me obligaste a hacer muchas cosas hoy, ya es suficiente. Ahora, duérmete de una vez.

— Vale, te quiero y te extrañaba mucho. — Me abraza con más fuerza.

— Te quiero más pequeña, yo también te extrañaba. — Le doy un beso en la frente y su respiración se hace más lenta, indicándome que se quedó profundamente dormida.

UN JUEGO DE SEDUCCIÓN. (TS #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora