Joaquín POV
Fruncí el ceño encogiendo la nariz tratando de quitarme la picazón, suspiré frustrado, no quería levantarme todavía, estaba cómodo aquí en el pecho de Emilio, con sus brazos rodeándome y su aroma a café recién hecho en el aire, lo último que deseaba hacer era abrir los ojos y salir de mi burbuja.
Lleve mis dedos a mi rostro pasando las puntas de éstos por los puntos que picaban, pero cuando deje de rascar las cosquillas volvieron, debían ser los rizos de Lio en mi rostro.
―Lio. ―murmuré moviendo mi cabeza para quitármelos de la nariz, suspiré satisfecho encontrando el hueco de su cuello justo donde su aroma era más fuerte y ronroneé disfrutando la fragancia del alfa debajo de mí, sus manos estaban por debajo de mi camiseta inmóviles y nuestras piernas estaban enredadas entre ellas, mi omega se sentía sobrecogido entre sus brazos, mientras el calorcito de mi cuerpo se extendía hasta las puntas de mis dedos.
Intenté volver a quedarme dormido, disfrutando las sensaciones que sus inocentes toques me daban, pero no tardo ni un minuto en que mi rostro volviera a picar hasta hacer que me levantara de golpe molesto, Emilio estaba completamente dormido cuando quede sentado a horcajadas sobre su cuerpo, sus manos me tomaban con firmeza por la cintura impidiendo que me alejará del todo y cuando trate de salir de la cama para ir a revisar mi rostro, me impidió moverme causando que nuestros cuerpos se movieran en sincronía sacándome un jadeo de sorpresa.
―Lio, tengo que ir al baño. ―susurré tapándome la boca con las manos, ahora que el calor de la noche anterior no nublaba mi pensamiento, me ponía nervioso que me escuchara de aquella manera. No respondió, así que supuse que seguía dormido, suspiré tratando de salirme de sus manos otra vez, pero sin esperármelo me atrapo girándonos hasta dejarme debajo de su cuerpo, con su rostro recorriendo mi cuello y sus manos metiéndose debajo de mi espalda, bajando descaradamente hasta el inicio de mi trasero. ―Emilio, ¿estás des...? ¡Ah! ―exclamé sorprendido al sentir como empujaba mi cuerpo hacía arriba rozándonos tan íntimamente que mis mejillas ardieron.
―Mi Omega. ―musitó con la voz ronca sobre mi cuello, cerré los ojos llevando mis brazos hasta sus hombros, el calor estaba subiendo por mi cuerpo una vez más y mi omega amo escuchar como lo llamaba suyo, como si hubiera estado esperando por mucho tiempo. Sus caderas se movieron empujando contra mi cuerpo y su manos guiaron mis piernas para que le rodeara con ellas, sus labios dejaban tiernos besos en mi garganta sobre un punto especifico y yo solo podía suspirar por su dulce toque.
―Lio. ―gemí bajito mordiéndome el labio inferior cuando mordió el lóbulo de mi oreja, al mismo tiempo que volvía a embestir con sus caderas en firmes movimientos.
―Mío. ―gruñó posesivo, asentí ávidamente, clavando mis dedos en sus hombros, aturdido por la neblina de placer una vez más, si iba a pertenecerle a un alfa, sabía que era él a quien quería hacerlo, deseaba vivir entre sus brazos el resto de mis días y ser el único al que trataba con tanta ternura.
Si iba a ser el omega de alguien, quería ser el omega de Emilio.
―Si yo soy tuyo ¿entonces tú eres mío? ―murmuré con la voz entrecortada, él empujo nuestros cuerpos encontrándose en una tortuosa caricia que me dejo sentirlo completamente. ― ¡Oh!
De pronto su cuerpo se tensó entre mis brazos y su aroma se mezcló con un olor a tabaco que no me gustaba, cerré el agarré en mis manos y piernas a su alrededor, deseando quitar aquel olor nuevo de su cuerpo, sus manos temblaron en mi espalda y suspiró pesadamente recargado en mi hombro.
―No hagas eso. ―susurró rozando mi piel con sus labios al hablar, fruncí el ceño confundido.
― ¿Qué? ―suspiró pesadamente levantándonos de la cama con cuidado, hasta que quedó sentado conmigo sobre su regazo, tomó mi rostro para mirarme a los ojos y pude ver de nuevo su mirada oscura, rocé su nariz con la mía y él frunció el ceño alejándome. ―No... ―gemí intentando acercarme de nuevo, pero me lo impidió.
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Cachorro
FanfictionTu padre siempre habla de tus malas decisiones y rebelde comportamiento, odia tu sonrisa traviesa y ojos curiosos, aun eres un cachorro cuando veo tus mejillas sonrojadas y aun así cada parte de mí quiere tomarte en mis brazos y ser una de tus malas...