Joaquín POV
Era la hora del almuerzo, Diego tuvo que comprar comida en la cafetería pues se le había hecho tarde en la mañana, mientras que yo llevaba un sándwich, uvas y una botella de agua, casi nunca comía aquí, terminaba más que satisfecho en el desayuno y prefería llegar a comer con Lio en su oficina, alguno de los platillos que Kat preparaba, pero ese día Emilio me impidió salir de casa sin nada, advirtiéndome que durante mi celo podía tener más hambre de lo normal e incluso había puesto un paquete de mis chocolates favoritos en mi mochila justo antes de salir, aunque ya llevaba mi almuerzo.
Al final tuvo razón, si no hubiera llevado todo eso, habría terminado en la larga fila para comprar al igual que Diego, pero ahora ambos estábamos sentados en una mesita alejada del resto, el día estaba nublado, pero por suerte no estaba lloviendo, así que podíamos usar las mesas del patio, estaba comiendo mis uvas cuando él llegó con un pedazo de pizza y jugo de manzana.
―Odio la pizza de aquí, su queso sabe raro. ―murmuró frunciendo la nariz después de la primera mordida, sonreí a medias ofreciéndole una de mis uvas. En realidad, el menú de la cafetería no era muy amplio y lo mejor siempre se terminaba antes de que llegáramos, en especial desde que los de último año podían salir diez minutos antes que el resto. ―Le dije a Sebas que me comprara un paquete de galletas en el camino, pero dijo que si nos deteníamos él llegaría más tarde a clase. ―añadió tomando tres de mis uvas.
―Lio me preparó todo esto antes de que me despertará. ―expliqué señalando todo lo que tenía frente a mí, me había comido la mitad de mi emparedado y planeaba terminarlo, pero las uvas me hacían agua la boca. ― ¿Por qué nos sentamos hasta acá? Hace frío aquí. ―añadí, antes de irse a comprar me había pedido que tomara esta mesa y no estaba feliz con su elección.
―Creí que ibas a contarme que paso el viernes. ―le miré sorprendido y mis mejillas se tiñeron de rojo, a lo que él suspiró recargándose en la mesa. ― ¿Fue lindo?
―Sí. ―musité recordando cada pequeño detalle de nuestra cita, el lugar lleno de preciosos detalles, la comida que era deliciosa y la forma en que me hizo sentir. ―Fuimos a un restaurante que parecía sacado de una película, me dijo que le gustaba mi traje y me cuido cuando llegó mi celo, fue una bonita primera cita.
―Me alegró por ti, la verdad estaba nervioso con todo lo que me dijo Sebastián después de verlos juntos y... ―fruncí el ceño mirándole confundido.
― ¿Sebastián dijo algo de nosotros? ―frunció los labios de pronto apenado y su cuerpo se tensó ante mi pregunta.
―Es que, cuando los vio juntos, pensó que Emilio era uno de esos alfas mayores que se aprovechan de nosotros. ―murmuró avergonzado. ―Le expliqué que era diferente, porque tú sí querías estar con él y estabas feliz viviendo a su lado, pero desde lo que paso en mi antigua escuela es muy intenso con esas cosas.
―Lio no es como esos alfas, él de verdad se preocupa por mí. ―musité molesto de solo pensar en las cosas que su hermano podía haber dicho, él no lo conocía, no podía juzgarlo como a todos los demás.
―Lo sé, sé que eres más feliz ahí de lo que podías serlo con tu padre y que Emilio es el alfa de tus sueños, pero Sebas solo puede ver que eres incluso más joven que yo y que Emilio es un hombre mayor para nosotros. ―puse los ojos en blanco enojado con su hermano.
―Puedes decirle a tu hermano que no me agrada en absoluto. ―exclamé dejando mis uvas en la mesa y tomando el resto de mi sándwich, Diego sonrió robando un par de éstas y recargando su rostro en mi hombro.
―Es difícil distinguir a los alfas buenos de los malos, nunca sabes cuando solo se aprovechan de nuestro instinto, atrayéndonos con su aroma. ―murmuró pensativo, a Diego no le gustaba hablar de lo que ocurrió en su anterior colegio, prefería pensar que nada había pasado e incluso quejarse de que su padre le hubiera cambiado a esta escuela, pero lo conocía lo suficiente para saber que estar rodeado de puros omegas le producía la misma calma que a mí.
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Cachorro
FanfictionTu padre siempre habla de tus malas decisiones y rebelde comportamiento, odia tu sonrisa traviesa y ojos curiosos, aun eres un cachorro cuando veo tus mejillas sonrojadas y aun así cada parte de mí quiere tomarte en mis brazos y ser una de tus malas...