Mis errores

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Emilio POV

Esa noche tras marcarlo, se quedó dormido entre mis brazos, había pasado por muchas cosas en pocas horas, así que el cansancio simplemente lo venció, mientras yo no podía dormir pensando en el sinfín de cosas que cambiaría esto, comenzando con todas esas emociones que ya sentía por él que se volvieron tres veces más intensas en cuestión de minutos, apenas si soportaba la idea de alejarme de su lado, ahora estaba completamente fuera de mi control si quiera soltar sus manos que se aferraban a las mías.

Mi vaga investigación en internet decía que era normal, que la marca temporal funcionaba como una permanente y durante el tiempo que el omega la tuviera podría percibir todo lo que sintiera, necesitara o lastimara.

Fue entonces que perdí el control de mis propias restricciones, la mínima distancia que tenía entre nosotros para evitar tomarlo como lo deseaba, se desvaneció lentamente, mi alfa sostenía a Joaquín sin remordimientos, cada que sus preciosos ojitos se encontraban con los míos no podía evitar atraerlo a mi lado e impregnarlo con mi aroma, quería que todo el mundo supiera que ahora era mío, incluso cuando se suponía que era temporal.

Salí de la cama tan solo para conseguir una pijama para Joaquín y cambiarme la ropa que estaba húmeda por las gotas que cayeron sobre mí en la regadera, no quería que pasara frío mientras dormía, con cuidado le coloqué un par de piezas que encontré en su armario, pero mientras me disponía a poner la camiseta sus marcas rojas volvieron a llamar mi atención, estaban rojas aún, busqué la crema en la oscuridad y con cuidado la coloqué en cada una de ellas, subiendo por su cuello y rostro asegurándome de que no quedara una sola vacía.

Terminé de vestirlo y me metí a la cama con él, no tardo ni un segundo en acomodarse sobre mi pecho oculado su rostro en mi cuello y suspirando satisfecho, su aroma dulce regresó llenando la habitación con él, probablemente si alguna vez alguien le hubiera enseñado el montón de cosas que un omega debía saber, podría controlar esas pequeñas cosas que ni siquiera se daba cuenta que hacía.

Como marcarme descaradamente cuando estaba en la oficina o la forma en que liberaba sus feromonas cuando percibía que algo iba mal conmigo, haciendo que mi alfa irremediablemente le buscara ansioso de tenerlo entre sus brazos, quizás en el fondo temía que al explicarle todas esas cosas, dejará de ser tan libre con sus instintos, esa inocente ingenuidad de mi castaño era parte de su encanto y perderla me daba miedo, era egoísta siquiera pensarlo, pero era así.

Con los días, sus preguntas se volvieron más insistentes, quería saber todo lo que implicaban los "mimos secretos", las caricias que compartíamos y siempre que le atrapaba liberando sus feromonas terminaba mirándome curioso como si no tuviera idea de que le estaba hablando, sabía que debía explicárselo, solo no sabía cuándo sería un buen momento, con su celo en curso me aterraba que la palabra temporal le hiciera sentir rechazado, no quería que sus ojos volvieran a llenarse de tristeza.

Así que puse una fecha límite, su cumpleaños, para ese momento la marca estaría al borde y no tendría otra opción que explicarle todo, pero al menos también podría marcarlo de nuevo, mostrándole que seguiríamos juntos y quizás podría hablarle de mis planes para el futuro, quería que supiera que quería esto permanentemente y que el que su marca fuera temporal, era solo una forma de proteger su futuro.

Era un medio para un fin, con ella estaría protegido de que otros alfas lo tocaran, pero también nos aseguraríamos de que no sufriera al tener que ir a la universidad. Solo necesitaba encontrar las palabras correctas.

―Niko tenía razón, sí estábamos destinados a estar juntos. ―le miré entre sorprendido y conmovido por lo brillantes que estaban sus ojitos al decirlo en voz alta, conociendo a mi castaño, desde el momento en que se lo dijeron por primera vez debió estar fantaseando con ello.

CachorroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora