Joaquín POV
La cruel penumbra se había vuelto mi única compañera, el dolor iba y venía cada que abría los ojos momentáneamente, no estaba seguro si habían pasado días o tan solo un par de horas, pero podía sentir la desesperación de mi omega rompiéndome lentamente, quería correr, pero no era capaz de levantarme, quería gritar, pero la garganta me ardía con cada suspiro.
Me habían arrancado lo único que tenía, creyendo fielmente que sin la marca mi amor por Lio se marchitaría más rápido, en cambio el anhelo se había instalado en mi pecho, quería mi marca de vuelta, incluso si nunca fue real, me hizo sentir seguro por tiempo, era mi lazo con la única persona que había amado en la vida, mi omega se había vuelto terco, no quería escuchar razones, ni aceptar la realidad de aquel anuncio de bodas.
Sin darse cuenta me hicieron necesitarlo más de lo que ya lo hacía, rogando con todas las fuerzas que me quedaban, para volver a verlo, fue entonces que entre la oscuridad escuché su bonita voz una vez más, quizás era una alucinación producto del dolor que provocó perder mi marca, pero se sintió como un manto suave que cubría las cicatrices, calientito y seguro, el recuerdo del Lio que creía conocer.
¿Joaquín?
Mi amor ¿dónde estás?
Mi omega gimió adolorido, anhelante de aquellas tardes en que éramos solo nosotros dos envueltos en una manta azul en el sofá, sonreí con tristeza parpadeando para ver rastros de la luz del sol entrar por la ventana, suspiré cansado, dejando que una torpe sonrisa se abriera paso entre mis labios, de verdad debía estar alucinando porque mi Lio me estaba llamando mi amor.
Duele
Sus ojos verdes
Quiero irme a casa...
Algunas vez escuché que cuando la muerte estaba cerca, alguien venía a buscarte, una persona que habías amado mucho y que te estaba esperando del otro lado, yo no tenía muchas personas, ni siquiera sabía como sonaba la voz de mi mamá para identificarla si es que ella venía por mí, pero no pude evitar pensar en que si esto era el final, sin personas esperándome del otro lado, cree mi propio mundo, uno donde Lio me esperaba en alguna parte.
Cerré los ojos lentamente encontrándome con sus profundos ojos y bonita sonrisa, me recibió en sus brazos haciendo que todo dejara de doler y por un breve instante olvidé todo lo que había ocurrido, no había secretos, ni mentiras, no estaba atrapado en casa de Eduardo y él no estaba por casarse con María, éramos únicamente nosotros dos en nuestra burbuja.
―Joaquín, es hora de tu medicina. ―fruncí el ceño cuando el aroma amargo se metió en mis sentidos, el rocé de sus dedos en mis mejillas me alerto y con las pocas fuerzas que me quedaban traté de alejarlo. ―Levanta la cabeza.
―Suéltame. ―murmuré con la garganta rasposa.
―Debes tomar esto si no quieres terminar como tu madre. ―mi pecho se encogió y aparté su mano de mi rostro. ―Ya basta, tienes que tomarlo.
―No quiero, prefiero terminar como mi mamá a pasar un día más cerca de ti. ―farfullé abriendo los ojos por completo, afuera estaba oscuro ahora, no quise saber cuanto tiempo llevaba dormido, tan solo quería volver a estarlo, mis sueños eran más agradables que la horrible realidad que vivía. ―Dijiste que moriría de tristeza, déjame hacerlo.
―No, no esperé tanto tiempo a que esa asquerosa marca se fuera para perderte ahora. ―murmuró empujando mi rostro hacia arriba y abriendo mis labios con la intención de darme una pastilla. ―Esto va a ayudar a que tu celo se adelante, buscarás el calor de un alfa y estaré aquí para satisfacerte.
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Cachorro
FanfictionTu padre siempre habla de tus malas decisiones y rebelde comportamiento, odia tu sonrisa traviesa y ojos curiosos, aun eres un cachorro cuando veo tus mejillas sonrojadas y aun así cada parte de mí quiere tomarte en mis brazos y ser una de tus malas...