Emilio POV
Después de dejar a Joaquín en la escuela mi alfa se quedó algo inquieto, sabía que su colegio era solo para omegas, no tenía nada de qué preocuparme, pero no podía sacarme de la mente su mirada perdida en el joven alfa que paso al lado del auto, sus ojos le habían seguido con tanto interés que no pude evitar preguntarme si él antes habría sentido esa atracción inexplicable por otros alfas, se suponía que todo eso del juego de las feromonas iniciaba después del primer celo, pero Joaquín era un adolescente, incluso si su celo no estaba ahí.
No sabía porque me molestaba tanto la idea de que fuera así, quizás porque siempre le vi como un cachorro y olvide la parte en que debía crecer. Aun así, me prometí preguntarle sobre el chico en la cena, necesitaba saber quiénes eran sus allegados si iba a cuidar de él.
El resto de la mañana me obligue a no pensar más en ello, incluso cuando mi alfa seguía jalando mis cuerdas a ese lugar, no lo deje tomar el control, tenía cosas que hacer y aun debía asegurarme de que la ama de llaves hubiera llegado a la casa para cuando Joaquín lo hiciera.
Le había pedido a Niko que hiciera un par de entrevistas el sábado para conseguir una, quería que Joaquín tuviera algo de compañía en casa y solo necesitaba asegurarme de que fuera una beta para que no se sintiera fuera de lugar con ella en casa. Niko contrató a una mujer de unos cuarenta años, con una década de experiencia y excelentes recomendaciones, llamada Katerin.
Había estado en la oficina más temprano para firmar su contrato y recibir una llave para entrar a la casa, el chofer se encargó de llevarla y a este punto ya debía estar ahí. Le había pedido que se ocupara de que el castaño comiera al llegar de la escuela y me avisara si algo iba mal.
El problema era que cada que estaba por llamar a casa era interrumpido por los viejos amigos de mi padre, llamando para felicitarme por el compromiso, ya que Uberto no perdió el tiempo en avisarle a todo el mundo.
Llego un punto en que tuve que pedirle a Nikolas que les dijera que no estaba disponible, no quería escuchar de nuevo lo emocionados que estaba por asistir a la boda, lo que no esperaba era que mi petición se volviera en mi contra apenas unos minutos después.
―Emilio ¿me quieres explicar porque la mitad de la ciudad está llamando para felicitarte por tu compromiso con Joaquín Bondoni? ―exclamó Niko entrando a mi oficina con su tableta en las manos y el rostro crispado, levanté la mirada de la computadora frunciendo el ceño.
Estaba por explicarle lo que realmente estaba pasando cuando me mordí la lengua recordando mis propias palabras a Joaquín, se suponía que le dijéramos a todos que esto era real, sabía que Niko no iría a contarle a todo el mundo lo que sucedía entre nosotros, ni de mi acuerdo con Uberto, pero no podía evitar cuestionarme cada palabra que salía de mis labios cuando se trataba de nosotros.
―Es complicado. ―murmuré aclarándome la garganta.
― ¿Qué tan complicado? ―exclamó sentándose frente al escritorio clavando su mirada en la mía con firmeza, le miré sin saber que decir, Niko levantó una ceja con exasperación y dejo su tableta sobre un montón de papeles, su semblante era sereno, pero podía ver en sus ojos la confusión con la situación.
No era para menos, salí de esta oficina el fin de semana decidido a que Joaquín no fuera a terminar en un compromiso con alguien que él no había elegido y ahora estaba en medio de toda esa situación.
―Joaquín es mi omega. ―musité con tanta seguridad como me fue posible, el rostro de Niko paso de la confusión a la sorpresa en cuestión de segundos y cada uno de sus movimientos se detuvo de golpe.
― ¿Qué?
Puse los ojos en blanco, decidido a repetir lo que acababa de decir cuando mi celular nos interrumpió, era el numero de la casa, debía ser Katerin, por la hora Joaquín ya debía haber llegado, le hice una señal a Niko para que me diera un momento y asintió tomando sus cosas y saliendo de la oficina en silencio, con el rostro aun crispado.
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Cachorro
FanfictionTu padre siempre habla de tus malas decisiones y rebelde comportamiento, odia tu sonrisa traviesa y ojos curiosos, aun eres un cachorro cuando veo tus mejillas sonrojadas y aun así cada parte de mí quiere tomarte en mis brazos y ser una de tus malas...