Emilio POV
Había estado esperando por mi cumpleaños más de lo que podía haberlo hecho en toda mi vida, Joaquín estaba especialmente emocionado con mi regalo y solo alteraba mis sentidos mientras la fecha más se acercaba, su aroma estaba jodidamente fuera de control, su rostro se veía brillante y encantador, sus sonrisas traviesas me erizaban la piel, solo quería saber que escondía en ellas, que era lo que lo mantenía así de vibrante desde hacía semanas y ahora que faltaban tan solo minutos para que la fecha llegara la idea de despertarlo para que acabara con la intriga de una vez me tenía tentado.
No había logrado quedarme dormido en toda la noche, mi castaño se había acomodado sobre mi pecho horas atrás y no se había movido desde entonces, mientras mis dedos recorrían la piel de su espalda con cuidado, miré el reloj de mi teléfono de reojo una vez más ansioso de que diera la media noche, pero no había pasado ni un minuto desde la última vez, suspiré mirando su rostro relajado acomodado contra mi piel en el punto exacto donde podía escuchar mis latidos.
Era pleno invierno, afuera estaba nevando por primera vez en el mes y le había pedido que usará uno de sus mullidas pijamas, pero por quinta vez en la semana se negó diciendo que solo necesitaba que lo envolviera en mis brazos para sentirse calientito toda la noche, mi castaño bien podía ser casi un adulto en toda la palabra, pero en el fondo seguía siendo mi dulce cachorro al que le gustaba ser mimado, cosa que estaba dispuesto a hacer el resto de mis días, aunque debía admitir que su aroma me tenía especialmente alerta cuando dormía, era como si estuviera en celo todo el tiempo y no entendía que estaba pasando.
Su cuerpo se acomodó aún más entre mis brazos, metiendo su rostro en el lugar donde mi aroma se volvía más fuerte y mi alfa no tardó en comprender lo que su omega quería, lo envolví en una ligera neblina de mi aroma para complacerlo y subí mis dedos hasta su cintura, un dulce suspiró salió de sus labios erizándome la piel del cuello y cerré un poco más el agarré que tenía en su cuerpo, quizás podría despertarlo para entretenernos hasta medianoche.
―Joaquín. ―susurré acariciando su frente con mi rostro en un intento por hacerlo abrir los ojos, pero ni siquiera se inmuto. ―Pup. ―gemí cuando su cuerpo se tensó empujando en el lugar exacto para despertar la única parte de mi cuerpo que me había esforzado por mantener en su sitio hasta ahora. ―Bebé.
― ¿Qué? ―ronroneo bajito rozando sus labios con la piel de mi cuello, su aroma confuso se adueño de la habitación de inmediato y jadee contenido.
― ¿Cariño estás en celo? ―murmuré aferrándome con todas mis fuerzas a las migajas de autocontrol que se desvanecían entre mis dedos mientras más se movía sobre mi cuerpo. Él negó moviendo su bonito rostro y causándome cosquillas sin querer. Generalmente siempre sabía cuando su celo comenzaba, me daba cuenta incluso antes que él mismo, pero ahora me tenía tan confundido que no podía más que confiar en su palabra. ―Todo el cuarto tiene tu aroma...
―Tú haces que pase eso, despiertas a mi omega mientras duermo. ―musitó casi ofendido con que hubiera interrumpido su sueño, gemí cuando sus manos subieron por mi pecho hasta poder levantarse sobre mí quedando a horcajadas sobre mi regazo, tan solo llevaba el pantalón de pijama puesto, su cabello apuntaba a todas partes, sus mejillas ardían intensamente y sus ojitos somnolientos le daban ese aire casi angelical que me volvía loco. Bostezo pesadamente llevando sus dedos a sus ojos en un intento por despertar del todo. ―Está oscuro todavía, Lio.
―Lo sé. ―murmuré observando la forma en que su diminuto cuerpo se movía sobre el mío, su piel siempre tenía un brillo especial cuando la iluminaba la luna, era imposible no detenerme a memorizar cada pequeño rasgo de él, subí con dedos curiosos por la línea de su obligo hasta el lugar debajo de su pecho, erizándole la piel en el proceso, sonreí satisfecho, no era muy difícil llevar a mi castaño al mismo lugar donde yo estaba. ―Ya casi es mi cumpleaños.
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Cachorro
FanfikceTu padre siempre habla de tus malas decisiones y rebelde comportamiento, odia tu sonrisa traviesa y ojos curiosos, aun eres un cachorro cuando veo tus mejillas sonrojadas y aun así cada parte de mí quiere tomarte en mis brazos y ser una de tus malas...