Joaquín POV
Kat se había ido hacía una hora, la luz del día se había desvaneció hasta convertirse en penumbra y la paz que me había dado la compañía de Diego, se había evaporado después de llamar a Emilio en múltiples ocasiones sin recibir respuesta.
No tenía forma de ir yo mismo a la oficina, mucho menos entendía porque el chofer se había ido sin mí, así que solo me quedé en mitad de la sala esperando por él, una llamada o un mensaje explicándome que estaba pasando, pero ahora eran las diez de la noche y mis ojos pesaban, temía que no llegara a dormir.
El reloj seguía avanzando, las horas pasaban unas tras otra detrás de la ventana y yo seguía esperando por él, quería irme a dormir tanto como deseaba no tener que hacerlo, a pesar de haber tenido pesadillas cuando era un niño, nunca le tuve miedo a la hora de dormir, ahora era diferente, la idea de ver esos ojos verdes de nuevo me causaba ansiedad y lo único que bloqueaba esa sensación, era tener a Lio a mi lado.
Pero estaba claro que no vendría a casa de nuevo.
Subí las escaleras rumbo a mi habitación con un nudo en la garganta que amenazaba con romperse en cualquier momento, no me gustaba estar solo, a pesar de haber pasado la mitad de mi vida así, seguía sin ser una sensación a la que pudiera acostumbrarme, en especial ahora que Lio me había mostrado lo que era tener a alguien a mi lado todo el tiempo.
Los días pasaron uno tras otro sin poder detenerlos, cada mañana al despertar él ya se había ido a trabajar y cada noche me desvelaba esperando su regreso, de pronto verlo era mi única meta en la semana, ya no pensaba en arreglar nuestras diferencias, ni explicarle lo que sentía, solo quería poder verlo al menos un momento, incluso si estábamos en completo silencio.
Había hecho un sinfín de llamadas a su teléfono con la esperanza de al menos escuchar su voz, no contesto ninguna de ellas, ni respondió a mis mensajes y mi omega cada día se sentía más herido, cada que el cansancio comenzaba a vencerme con las noches, me echaba en cara las promesas que Emilio nos hizo y no sabía cómo contestar.
Al final el dolor en mi marca y la desesperación de mi omega me dejaban tan cansado que me quedaba dormido sin darme cuenta, despertando siempre en mi cama sin recordar en que momento había subido a mi habitación. Kat no dejaba de señalar las ojeras bajo mis ojos, Diego insistía en que mi aroma era tan fuerte a tristeza que incluso los maestros podrían notarlo y esa mañana mientras Alejandra me revisaba para tomar la segunda muestra, mencionó que me veía pálido.
No sabía que decirles, me sentía mal, extrañaba a mi alfa, extrañaba sus mimos, sus caricias, su calor, su pecho, sus brazos, su sonrisa, su dulce mirada, la lista de cosas que echaba de menos era tan larga que me costaría días enteros hacerlos comprender cuanto lo necesitaba a mi lado y temía terminar llorando frente a cualquiera de esas personas, teniendo que explicarles también lo había que había hecho para que él estuviera tan enojado, porque si Emilio me juzgaba por mis decisiones, el resto también lo haría y no creía soportarlo.
Prefería sonreír y negar en silencio, si insistían, respondía con un "bien" que mi omega escupía de dientes para afuera, no estábamos bien.
La escuela había terminado, por suerte era viernes y al menos podría dormir unas horas más en casa, aunque me temía pasarme los días esperando a que Emilio llegara, Diego acababa de despedirse para alcanzar a su hermano al final de la calle y me hizo prometer que le llamaría en cuanto llegara a casa, con la muestra que había tomado Ale, había quedado algo mareado, así que estaba preocupado de que fuera algo malo.
Era extraño que el chofer no estuviera aquí apenas salía de la escuela, pero supuse que había tráfico o se le había hecho tarde, no le di importancia, sino hasta que las puertas se cerraron, los últimos estudiantes se fueron y una maestra me preguntó si alguien vendría a buscarme.
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Cachorro
FanfictionTu padre siempre habla de tus malas decisiones y rebelde comportamiento, odia tu sonrisa traviesa y ojos curiosos, aun eres un cachorro cuando veo tus mejillas sonrojadas y aun así cada parte de mí quiere tomarte en mis brazos y ser una de tus malas...