(32) Un día más

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Luego del cruce de palabras con Eduardo, salí del salón nuevamente y me senté en una escalera. Porqué un día tan especial se complicó tanto? Sí, la boda de mi hermana fue hermosa, y ese baile con mi papá, ni hablar. Pero el encuentro con Raúl y la manera en que Eduardo reaccionó, aun pesaban en mi ser. Algún día podré ser completamente feliz?

"Estás bien?" me preguntó Diego mientras se sentaba a mi lado y colocaba su brazo sobre mi hombro, acercándome hacia él.

"Ha sido un día de múltiples emociones" le respondí un poco rendida.

"Añádele a eso que estás vieja" comentó mi primo riendo.

"Gracias por recordarme el detalle" dije riendo también y pegándole en el estómago.

"Con calma, con calma. Te quiero mucho Estefanía. Sabes que más que mi prima, eres como mi hermana. Qué diferente hubiesen sido las cosas si estuviesen junto a nosotros."

"No tengo duda de eso. Todo sería diferente."

"Las cosas suceden por una razón, dicen por ahí."

"Aunque esa razón nunca la encontremos" respondí con mi mirada perdida.

"Me concedes un último baile antes de que se termine la fiesta?"

"Debería considerarlo luego de que me dijeras vieja. Aun así, te perdono."

Diego se levantó y tomó de mi mano, caminando juntos de vuelta al salón. Una vez ambos estuvimos dentro, escuché todos a la vez gritar "SORPRESA!", quedando instantáneamente paralizada. Seguido de esto, todos comenzaron a cantar, mientras que mis padres caminaban hacia mí, con un bizcocho.

"Feliz Cumpleaños, prima" me dijo Diego riendo y besándome en la mejilla.

"Gracias" respondí riendo pues no sabía que más hacer o decir; aun estaba intentando reaccionar a la sorpresa.

Luego de todos terminar de cantar, fui atacada por cada uno de los miembros de mi familia. Me sentía amada, sin importar lo que había en mi pasado, lo que manchaba mi alma. Sentía que le estaban dando la bienvenida a la nueva Estefanía, a la que luchará por conseguir el verdadero amor y ser feliz, sin odiarse o repugnarse asimisma.

Los meses pasaron, me sentía muy bien conmigo misma. Salía de vez en cuando, pero me enfocaba más en los estudios. Era voluntaria en muchos programas que tenía la universidad, y había conocido mucha gente. De veras que me sorprendía con el cambio que había dado.

Hombres en mi vida? Ninguno! Bueno, no en el sentido de pareja, porque tenía a mi papá, a mis primos y muchos amigos y compañeros. Mis amigas las tenía siempre a mi lado, al igual que a toda mi familia.

Safiro y Pablo estaban en altas y bajas. Estaban juntos unas semanas, luego se dejaban, después arreglaban nuevamente. En realidad, era un juego lo que ambos tenían, porque cada vez que estaban separados, se buscaban a alguien para molestar al otro. Alguien podría explicarme esto?

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