Hola!!! Mil disculpas por la tardanza :( No me gusta dejarl@s así.
Marla, para tí va este capítulo. Happy Bday amiga!
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Aun no me explico cómo llegué a la oficina de mi papá; mucho menos como logré entrar. Todas las puertas estaban cerradas; así que forcejeé con la cerradura de una de ellas y logré abrir.
Mi papá se encontraba en su silla, con la cabeza sobre el escritorio.
“Papá!” grité corriendo hacia él.
“Estefanía” dijo él levantando su cabeza y yo sintiendo un gran alivio al escucharlo hablar.
Sin pedirle explicación por la llamada, caminé a su lado hasta mi auto y llegamos al hospital. Inmediatamente fue atendido ya que se quejaba de un fuerte dolor de pecho.
Me senté en una de las sillas en la sala de espera ya que no me dejaron entrar. Miraba a mi alrededor, esas paredes blancas, frías, me hacían temblar. Sentía miedo de que algo malo le fuese a suceder a m papá y me aterrorizó más el pensar que lo podía perder para siempre. Fue entonces cuando comencé a llorar sin consuelo. El pensar que había sido tan mala hija y que probablemente yo era la culpable de que él estuviese así, me comía por dentro.
Mi teléfono sonó y lo contesté entre sollozos sin ni siquiera mirar quien era.
“Hola?”
“Estefanía, estás llorando? Dónde estás?” preguntó mi mamá desesperada.
“Mamá estoy bien; pero estoy en el hospital” contesté sin control.
“Háblame hija. Qué sucede? Qué haces en el hospital?”
“Es papá. Me llamó para que lo trajera aquí. Por favor mamá, ven, tengo miedo y no quiero estar sola.”
Mi mamá no dijo más, solo colgó el teléfono. Solo esperaba que llegara rápido; necesitaba a alguien a mi lado.
Unos minutos luego de que mi mamá llegara al hospital con Kendra, los doctores la llamaron adentro. El verla entrar no me conmovió tanto como me destrozó verla salir.
“Qué sucedió mamá?” preguntó Kendra corriendo a abrazarla mientras yo no me podía mover del lugar.
“Tu papá sufrió un pequeño infarto y lo tienen estabilizado. Aun así, el doctor indica que hay que operarlo lo antes posible” contestó mi mamá caminando hacia mí mientras sujetaba a Kendra de la mano.
“Todo es mi culpa! Soy la peor hija del mundo” dije entre sollozos casi desplomándome, mi mamá reaccionando inmediatamente y tomándome en sus brazos.
“Chiquita, todo saldrá bien” decía mi mamá intentando consolarme.
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Labios Compartidos
Romance(Libro 3 en la Trilogía de Amor Eterno) Muchas veces te habrás preguntado si realmente las personas viven la vida que aparentan. Si esa chica brillante, hermosa, amorosa, tímida pero simpática frente a todos, guarda algún secreto en su vida. Si fre...