(25) Es tiempo de cambiar

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Cómo disfruté el resto de mi estadía! Después de otro día igual, Bianca al fin tuvo tiempo para mí. Tuvimos nuestro tiempo de chicas; tiempo en el que salimos a bailar y a disfrutar las dos solas. Dos chicas solteras pasándola de maravilla.

El resto de mi estadía, y cuando Bianca no se encontraba, Nelson se hacía cargo de mí. Basta con decirles que ya no nos retábamos, que la intimidad entre nosotros sucedía como algo "normal".

"Qué rápido se ha ido esta semana" comentó Nelson ambos mirando una película de comedia.

"Así es Nelson. La he pasado de maravilla y te lo agradezco" le dije colocando mi cabeza en su hombro.

Aparte de amante, Nelson había sido un gran amigo. Sus palabras fueron siempre llenas de consejos y motivándome a seguir hacia adelante, a no permitir que nadie me hiciera menos y que no tenía toda la culpa de lo que había sucedido entre Raúl y yo.

"Qué será de mí cuando regrese?" comenté entre suspiros, algo pensativa.

"Serás una Estefanía mucho mejor que la que se fue."

"Tengo algo de temor a como Raúl vaya a reaccionar."

Nelson tomó mi cara entre sus manos, algo de coraje cruzaba sus ojos.

"Maldita sea Estefanía! Ven" me dijo tomándome por el brazo y llevándome hasta el cuarto de Bianca, deteniéndonos frente al espejo.

"Mírate Estefanía. Mírate bien. Qué ves?" me preguntaba él mirando ambos al espejo.

"A qué te refieres Nelson?" pregunté idiotizada por su reacción.

"Mírate bien Estefanía. Eres una mujer hermosa, inteligente, brillante, simpática; una mujer que no es cobarde y que me lo demostró muy bien. Eres capaz de tener al hombre que desees a tu lado, no estar pegada a la sombra de un idiota como lo es tu ex. Un inepto que no quiere hacer nada por su vida, que vive pensando que tú lo mantendrás; pero no será así porque tú tienes un futuro brillante esperándote. Piensa Estefanía, date el valor" una vez me dijo esto, Nelson se marchó de la habitación.

Yo solamente me quedé allí, mirando el reflejo que había en aquel espejo. Se parecía a la Estefanía de antes, pero no era la misma. Muchas cosas habían sucedido que aun no me podía explicar; muchas cosas que me marcarían para siempre y solo deseaba que nadie se enterara de esto.

Las palabras de Nelson eran muy ciertas. Ya era hora de reaccionar y que a Puerto Rico llegara otra Estefanía. Una chica valiente, dispuesta a cortar ese lazo que existía entre ella y ese hombre que la quería mantener a su lado con el mismo cuento siempre de que ella fue la culpable de que todo estuviese como estaba. Pero, acaso él no le fue infiel también, y probablemente aun lo era?

Limpié las lágrimas que bajaron sin darme cuenta y salí del cuarto. Busqué a Nelson en el apartamento, encontrándolo en la cocina. Este se disponía a comenzar a preparar el almuerzo. Yo solo me acerqué, sin llamar la atención y, tomándolo por sorpresa, lo abracé por la espalda.

Labios CompartidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora