34. Mal jugador

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Gulf

Después de la conversación que tuve con Lenni, algo no se sentía bien. Había quedado esa espinita de la inseguridad y el temor. Me preguntaba de qué manera le explicaría a Víctor que deje ir sus millones de dólares. Mentirle era mi opción, pero conociéndolo, él no es de los hombres que se comen una mentira así de fácil, mucho menos viniendo de alguien como yo.

Me abstuve de pensar en cosas malas y me tiré sobre la fría cama del hotel. ¿Qué seguía? ¿Volver a Tailandia con las manos vacías? Supongo que sí.

Justo cuando me estaba quedando medio dormido, escuché la puerta de la habitación estrellarse bruscamente y dejando el paso libre para Samantha, quien venía con cara de pocos amigos mientras amarraba su largo cabello en una coleta.

—¡Maldito de mierda! —exclamó mientras entraba y maldecía sin parar.

Pegué un brinco fuera de la cama algo exaltado por su actitud tan explosiva.

—¿Yo?

—No, ¡Víctor!

—¿Qué tiene?

—¡El está aquí en Japón!

—¿Cómo? —se me heló la sangre—. ¿Por qué?

—¡Porque no confía en nosotros, obvio! —su respiración estaba agitada y sus orejas rojas de coraje, hasta podría jurar que algo muy feo brotaría de su interior, algo así como un pequeño demonio—. ¡Sabe que dejamos ir a Lenni! ¡Nos vigiló todo este tiempo!

—Espera, ¿Qué? ¿Cómo lo sabes?

—Esta afuera esperándonos.

Tragué saliva, y me supo amarga. Algo no estaba bien y temía por mi vida justo ahora.

[...]

Mew

—Mercy, ponte una camisa, me bajas el autoestima —dijo Johnny con diversión.

Reí bajito y continué dando mantenimiento a Joshi. Después de liberar un poco mi agenda del montón de trabajo por fin se me había presentado un huequito para ver a Gulf y quizás dar una vuelta por la ciudad con mi auto. Las cosas entre los dos habían mejorado sorpresivamente desde la caliente noche que tuvimos en las montañas.

Sabía que sacar a Gulf de Toska no era un trabajo fácil, mucho más cuando el chico era un completo cabezota. Quería aprender a hacer las cosas por su cuenta y demostrarme que se podía cuidar solo. Y yo no tenía dudas en eso, Gulf en los últimos meses me demostró lo capaz que es, pero conozco a Víctor como si fuera un hermano. El juega sucio y es él en quien no confió para nada.

—¿Irás a ver a Gulf? —asentí—. ¿Ya te arreglaste con él?

—Algo así. Él no me traicionó por su cuenta. Jae fue quien estuvo detrás de todo esto —dije con decepción. Me seguía costando creer que Jae era ese tipo de persona.

—Ese maldito... siempre se mantuvo calladito aquí —chasqueó la lengua con repudio.

Yo estaba de acuerdo con eso. Jae y yo éramos buenos amigos, y lo que le hice no tiene perdón, me aproveché de sus sentimientos por un momento de celos y rabia. El solo estaba cobrando venganza, pero de una forma cobarde.

—Oye... pero tengo una duda. Si Gulf fue llevado a Toska a la fuerza, ¿Cuál es la posibilidad de que haya sucedido lo mismo con Samantha?

—Lo mismo estaba pensando...

Suspiré con la duda en la lengua. Samantha se llevaba muy bien con todos, pero un día de repente se fue y dejo a K. Siempre le tuve coraje por aquella actitud tan fría que tomó con todos nosotros, pero ahora ya no estaba seguro. Ella era linda con todos, por primera vez ya no sabía que creer.

Knock Knock - mewgulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora