39. Apertura

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Gulf

La mañana estaba más fría de lo normal ese día, el cielo aún estaba oscuro y una leve capa de neblina cubría lo poco que se distinguía de las montañas. Exhalé apreciando como el vapor salía de mi boca y calentaba mi nariz que seguro estaba bastante rojiza por las horas que tenía ahí afuera.

Habían pasado alrededor de dos horas desde que desperté. Quizás eran las 6:00 a.m. apenas, no fue difícil para mí, ya que era la hora a la que solía despertarme cuando trabajaba para Toska. Me pareció gracioso y comencé a recordar un poco de mi vida anterior a las carreras.

Era una persona bastante monótona, de pocas palabras, pero muy curioso, lo suficiente para terminar metido en problemas. Era el tipo de chico que amaba vivir solo y visitar a sus padres cada fin de semana, hacer las compras necesarias y trabajar en un lugar aburrido, justo como lo era mi antiguo empleo en la tienda VIP.

Solté una risa exhala por el drástico cambio que dio mi vida de un momento a otro. A pesar de eso, no extrañaba mi pasado, pues gracias a este mundo clandestino, pude encontrar algo que de verdad me apasiona y que, por primera vez en mucho tiempo, deseo conservar.

No importa que tan malas hayan sido las cosas, jamás me arrepentiré de las decisiones que he tomado. Nunca negaré que llegar a la vida de Mew me cambió en todos los sentidos.

Sigo siendo conservador en algunas cosas, pero si me comparan con el yo del pasado, en definitiva, no se parecen. Me siento satisfecho conmigo mismo y eso me llena de pasión para lograr con más audacia mi objetivo.

Después de vagar por un largo rato en mis pensamientos, un olor a tabaco me regreso a la realidad. Sentí unos brazos rodear mi cintura por atrás y una respiración tibia en mi oreja. Mi cuerpo se calentó en un momento y sonreí por la agradable sensación de calidez que me brindo ese cuerpo.

—Hace frío afuera, Gulf —dijo esta voz, totalmente ronca—. ¿No es muy temprano?

—Es muy temprano, pero para fumar —reclamé mientras quitaba el cigarrillo que sostenía en su mano derecha, suplantándolo con mi mano.

—Perdón por lo de anoche —murmuró.

Permanecí en silencio. Recordando la discusión que tuvimos. Estaba molesto, claro que sí, pero no era por su deseo porque dejara las carreras, era porque no tenía una definición clara de nuestra relación. ¿Qué somos él y yo?

—¿Por qué? —esta pregunta fue de suma importancia. Cerré los ojos esperando su respuesta.

Permaneció en silencio por al menos dos minutos, me estaba comenzando a decepcionar de nuevo. ¿Al menos sabes por qué te disculpas, Mew? Espero que sí.

En vez de responderme, me giró lentamente para mirarme el rostro. Sus manos apretaron más mi cintura y las mías se posaron en su pecho. En ese momento me di cuenta que el muy tonto había salido solo con una bata que dejaba al descubierto todo su pecho, en pleno clima frío, ¿qué pensaba?

Decidí posponer mi regaño ante su descuido para poner atención a lo siguiente que diría, parecía importante, ya que en ningún momento apartó el contacto visual.

—Quiero disculparme por ser un idiota contigo —habló lentamente—. Nuestra relación... eso es algo que no tengo definido.

Mi corazón se encogió dolorosamente, al menos ya me esperaba una respuesta así de fría.

—Pero quiero cambiar eso —agregó—. Eres el hombre que necesito en mi vida, Gulf. No creo querer otra cosa que no seas tú, nunca me interesó el amor, al menos así era hasta que te conocí.

Escuché atento cada palabra de Mew. Parecían sinceras porque sus ojos tenía un brillo especial que no supe descifrar. Su agarre firme y seguro en mi cintura, su mirada sincera, su boca temblorosa y las palabras acertadas, me confirmaban que ese tipo decía toda la verdad.

Knock Knock - mewgulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora