27. Pusilánime

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Gulf

Samantha me llevó hasta un lugar que yo ya conocía. Anteriormente ya había visitado ese gran edificio con Mew, y por lo que entendí, era la agencia de Pavel. Cuando Samantha me mencionó su nombre, me sorprendí, el mundo era increíblemente pequeño y me resultó curioso que el y Samantha fueran amigos.

Samantha entró por la parte trasera del gran edificio, justo por donde estaba la pequeña pista donde entrenada Pavel. El de seguridad detuvo el auto y Samantha bajó el vidrio de la ventana, permitiendo que el hombre viera su rostro radiante y con gafas de sol.

—¡Señorita Samantha! —dijo el hombre con gusto—. Qué bueno verla por aquí, han pasado meses. Pase por favor, el señor Pavel se encuentra entrenando —indicó el hombre al mismo tiempo que despejaba el paso.

—Un gusto verte también, nene —bajó un poco sus gafas para hacer un guiño al hombre—. Gracias —dijo sonriente.

El auto se deslizó por la gran pista, y aparcó en una orilla. Nos quedamos un rato viendo las últimas vueltas de Pavel, el hombre realmente sabía correr, en ese momento me di cuenta que a pesar de las modificaciones de sus autos, tenía talento.

—Es increíble, ¿verdad? —dijo Samantha. Ambos veíamos al corredor con admiración.

—Es muy bueno —suspiré arrastrando las palabras. Pavel era increíble corredor, pero no se comparaba con Mew.

—También es guapo —dijo juguetona.

—Bueno. Si, supongo —solté con desinterés. Mew era más atractivo.

—¡Gulf! ¿Eres gay? —Samantha se giró a mí muy curiosa y mostrando su linda dentadura. Ansiosa por escuchar mi respuesta, la cual nunca llegó porque me quedé como una estatua procesando la pregunta—. ¡No puede ser! ¿Lo eres?

Demonios, ¿Qué debía responder? Nunca había cuestionado mi sexualidad, pero después de los calientes besos que tuve con Mew lo pensé. Si no era gay, ¿por qué me habría besado con él? Solo había salido con mujeres en toda mi vida, ¿eso me hacía entonces una persona bisexual?

—No lo sé. Nunca me lo había cuestionado.

—Si lo estás dudando justo ahora es porque ha pasado algo que te hiciera considerarlo —alzó sus cejas repetidas veces con diversión—. Dime, ¿has sentido algo por algún hombre?

—Algo así...

—¡Dios! ¿con quién?

—Con alguien. Eres muy curiosa —respondí cruzándome de brazos.

—¿Sabes? Pavel es gay... —su tono de voz era vacilante y jugo con sus dedos con una clara sonrisilla maliciosa en su cara.

—Sam... se lo que insinúas. Pero él no me gusta.

—Bueno, solo decía —formó un tierno puchero en sus labios decepcionada.

Nuestra conversación estaba por extenderse, de no ser porque Pavel apareció golpeando la ventana del auto. Llevaba su pulcro uniforme de corredor y su caso. El cual quito para dejar ver su melena y los cabellos que caían por su frente empapados de sudor. Sonrió de par en par cuando vio a Samantha.

—¡Sam! —grito emocionado. Seguido de eso, Samantha bajo del auto totalmente emocionada y apresando a Pavel en un gran abrazo.

—¡Idiota! Te extrañé mucho —dijo aún abrazada al cuerpo ajeno.

—Yo extrañe mucho más a mi querida amiga —El moreno se alejó para entonces dirigir su atención a mí—. ¿Gulf? ¿Qué haces aquí?

—Ahora trabajo con Samantha —respondí encogiéndome de hombros, no era algo que me causara gran emoción y me hiciera sentir orgulloso.

Knock Knock - mewgulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora