Gulf suspiró sujetando con fuerza el sobre en sus manos.
—¿Estás bien? ¿Quieres que te acompañe? —preguntó K.
—Estoy bien, puedo hacerlo.
Gulf bajo del auto con cuidado, ya no traía sus muletas, podía caminar mejor solo que un poco lento. Entró al gran edificio y tomo el elevador hasta el piso correspondiente.
Camino dudoso por todo el pasillo, tenía miedo. Tocó a la puerta y una secretaria le dio el paso.
Sudo frío al ver al hombre de espaldas en su asiento, miraba por las grandes ventanas.
—B-Buenos días —tartamudeo un poco al hablar.
El hombre giro su silla y le dio la cara a Gulf.
—Gulf, ¿en donde rayos te has metido en estos días? No pediste permiso.
—E-en realidad, vengo a entregarle esto —extendió con sus manos sudadas el sobre.
El rubio lo tomó y leyó la etiqueta.
—Carta de renuncia —suspiró—. ¿Puedo saber por qué de repente?
—Me mudaré con mi familia —Gulf intentó sonar lo más serio posible.
—Gulf, eres un empleado ejemplar, ¿ocurrió algo en el trabajo que te haga renunciar? —el hombre alzó su ceja en busca de respuesta.
—No es así, señor. Yo disfruto trabajar aquí, pero es un asunto personal que no puedo evitar.
El hombre bufó y se levantó de su asiento. Estaba decepcionado, Gulf era uno de sus mejores empleados, eso no lo podía negar.
—Bueno, Gulf. Entonces supongo que fue bueno que trabajaras aquí, no se puede evitar que te vayas.
—Al contrario, señor. Gracias por permitirme trabajar aquí —Gulf se encogió de hombros cuando el sujeto se acercó a paso lento hasta el.
Tenía miedo, mucho más ahora que sabía que ese hombre había asesinado a una persona.
—Te depositaré tu último sueldo más lo del seguro, cualquier cosa puedes regresar aquí, siempre tendremos las puertas abiertas —el rubio extendió su mano para estrecharla con Gulf.
El castaño sujeto la mano con desconfianza, estaba sudando.
—¿Por qué estás nervioso, Gulf? Te suda la mano —Max rió—. Relájate, no me molesté por tu renuncia repentina.
—G-gracias —apartó su mano en cuanto pudo. Dio una tímida sonrisa y camino hasta la puerta.
—Oh, por cierto, Gulf —el castaño se detuvo de golpe—. ¿Has vuelto a ver a Mew?
—No, señor. Como le dije la vez pasada, somos vecinos pero no somos cercanos.
—Uhm, ya veo. Cuídate entonces —Max alzó su mano e hizo un gesto de despedida.
Gulf salio de la oficina y camino mas relajado. Todo el tiempo sintió que se desmayaría.
Max sonrió de lado cuando Gulf cerró la puerta, sacó su teléfono y llamo a su secretaria.
—¿Señorita Lia? Necesito que prepare mi auto, voy bajando —tomó su saco y salió de la oficina—. No, sin chófer, conduciré yo.
No soy tonto, Gulf. Pensó.
Apenas estuvo en el primer piso, salió casi corriendo, logró ver como Gulf subía a un auto. Apresuró su paso y tomó las llaves que la secretaria le extendió apenas estuvo en la puerta.
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Knock Knock - mewgulf
Action[Esta historia contiene errores ortográficos] ❝Lo supe cuando te acercaste a mí, con ese olor a tabaco y gasolina. Estabas listo para enviciarme.❞ ¿Qué harías si descubres el secreto de tu vecino? Sencillo, subirte a su gran Audi R8 de neumáticos re...