— ¿Todavía no ha avisado a lord Lobrough de que su esposa está aquí?
Inquirió su ayudante; ambas observaron cómo se marchaba una pareja acaramelada del salón.
— He decidido que no — dijo madame Duvier —. Después de mi conversación con ella; él se merece probar de su propia medicina.
— Pero él le dijo...
Duvier le interrumpió:
— Sé lo que me dijo. Por otra parte, entiendo de venganzas y cuando hay sentimientos de por medio, así que la estoy ayudando a que el camino le sea más fácil.
— ¿Sin importar los sentimientos del caballero?
— Si los tiene; sabrá la inmensidad del daño con que él lo ha hecho. Sino, da igual porque ella habrá disfrutado. Y recuerde: ojo por ojo; diente por diente.
La muchacha no estaba conforme. Teniendo en cuenta de que él había sido el orquestante del plan, poniendo que quería estar cuando ella estuviera dentro.
Sin embargo, el acuerdo podía acabar o cambiar de rumbo como lo había hecho su jefa, el no avisarle, por siguiente, echarle fuera de ello.
Duvier dio por concluida la conversación, volviendo a sus tareas. En cambio ella, estuvo en el salón unos minutos más.
A ninguna de las dos les extrañó que una figura oscura se alejaba de allí y tomaba otra dirección, distinta a la que se podría llegar a imaginar.
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Entrégate #6 Saga Matrimonios
Historische RomanePróxima historia. Secuela de Ámame Fecha de publicación: desconocida Todos los derechos de autor a Aria Blanc