James no se apiadó de ella, ni se preocupó por su amenaza de marcharse.
— Si busca una palabra amable para convencerla de que se quede, no la oirá de mi boca.
Si creyó que iba a hacerla daño, se equivocó. La observó encogerse de hombros, despreocupada, como si le hubiera dicho que iba a llover otro día más. Estaba indiferente. Aunque en otras circunstancias hubiera admirado esa templanza fría, no podía sentir más que otra cosa que la rabia misma.
— No la quiero, James. Si me permite, seguiré empacando mis pertenencias... salvo que deseé decirme otra cosa que no haya dicho.
— ¿Qué podría desear? — se adelantó a un paso, mas paró, controlándose —. Me ha arruinado mi vida — el dolor hablaba por cada palabra que soltaba, ella lo notó.
Estaba resentido. Rencoroso con ella.
¡Sentimientos por fin que tenía hacia ella! Aunque nada cordiales para su corazón.
— No fui yo quien dijo solamente que sí en el altar — le dio la espalda con la intención de proseguir con lo que estaba haciendo —. Aunque no se preocupe, ya he pagado por mi pecado.
Creyó que su esposo saldría de la habitación, pero no fue así.
— A mí parecer — se quedó quieta ante la proximidad del cuerpo del hombre a su espalda, su voz seguía destilando veneno para herirla —, aún no ha pagado por ello.
Sus hombros tensos no se relajaron hasta escuchar el portazo de la puerta por donde él había salido. No cayó en su provocación y esperó a que Faith entrara para terminar de hacer las maletas.
James ya no era más su asunto. Sin embargo, la piel que ardía después de haber retirado su contacto desmentía su voluntad.
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Entrégate #6 Saga Matrimonios
Fiksi SejarahPróxima historia. Secuela de Ámame Fecha de publicación: desconocida Todos los derechos de autor a Aria Blanc