Estancados

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Llegó a su cuarto muy cansada, en verdad fue muy mala idea mantenerse despierta en todas las clases. La clase final fue con All Might. Él siempre era considerado, era una oportunidad muy buena, pero sus clases son las más entretenidas, le habría dolido perdérsela.

Su cama se sentía tan cómoda. El día aún no terminaba, en cualquier momento llegaría Kaminari para probar su idea. Ya se le ocurriría algo, no podía dejar que tocara sus extensiones, menos después de notar la dirección en la que iban sus pensamientos sobre él. Cogió el celular para poner una alarma, sólo media hora. Casi no lograba ver bien los números, sus ojos se estaban cerrando. A duras penas logró colocar los treinta minutos en el temporizador, pero fue en vano, no pudo iniciarlo antes de caer rendida.

–Es broma, ¿no? –El pelirrojo contenía su risa con mucho esfuerzo, no era una situación en la que podría reír sin atenerse a las consecuencias.

–No, claro que no, debe ser un sueño. Aunque no sé por qué soñaría con Bakugo. –Hanta a su costado no estaba siendo de ayuda. Su sarcasmo sólo hacía más difícil que pudiera mantener sus labios cerrados y en silencio. Dejó salir aire y decidió decir cualquier cosa para calmarse.

–¿En serio? A mí me pasa a menudo. –Se golpeó mentalmente por eso. Nadie debía saber que soñaba con su mejor amigo. No pasaba nada malo en sus sueños, pero su parte razonable le advirtió que no era algo para comentar.

–Esperen, esto se está poniendo raro. Pero, antes que nada, ¿Por qué en mi habitación? –Kaminari logró cambiar el tema efectivamente, despejando el ambiente.

–¡Cállense ya! ¡Maldita sea! Ni si quiera sé por qué lo consulto con ustedes, malditos inútiles. –Se levantó de la silla del escritorio y empezó a caminar hacia la salida.

–¡No! ¡Vamos hermano! Sólo bromeábamos un poco, te entendemos ven. –Kirishima lo traía de regreso jalándolo del brazo.

–Bien, tengo que reunirme con Jiro en un momento, así que apúrense con esto. –Sero golpeó con el codo su brazo haciéndole un gesto pícaro que decidió ignorar.

–¿Vas a descargarte en ella amigo? –El pelirrojo y el moreno empezaron a reír sin control ante la cara de asombro del chico eléctrico.

–¿Cómo...? –No entendía cómo Kirishima supo de aquel incidente, y si Sero se había reído también, entonces debían saberlo por lo menos todos los de la clase.

–Lo siento, Mina nos contó lo que pasó, es que es hilarante. –Sero no pudo evitar reír de nuevo.

–¡Voy a matarlos a todos ahora mismo! Estoy perdiendo mi tiempo aquí. –Bakugo se puso de pie con una mirada amenazante y todos se quedaron callados mirando al pelirrojo, quién era el único que podía con Bakugo en esa fase de enfado.

–Lo siento Bakugo, es que era necesario. –Kirishima se limpiaba un par de lágrimas y respiraba profundo. –Bien, entonces, déjame repasar. Nos estás pidiendo ayuda para el ejercicio porque no tienes idea de qué hacer con Tsuyu-chan. ¿Correcto? –Bakugo sólo bufó y todos lo tomaron como un sí.

–Ahora que lo pienso, eres uno de los que peor la tiene. En verdad no son nada compatibles. No sólo sus técnicas son diferentes, sino sus singularidades, personalidades y hasta su estructura física. –El moreno puso una mano sobre su mentón y trató de concentrarse para tratar de buscar alguna cosa en común.

–Lo sé, ella es una rana. –Dijo Bakugo, sin intenciones de sonar grosero. Pero claro, todo sonaba grosero si lo decía él.

–Y tú eres una bomba. –Los tres chicos aguantaban las ganas de reír, sabían que arriesgaban su integridad física. –Fuera de bromas, ambos tienen muy buen control de sus singularidades, lo malo es que van en sentidos opuestos. ¿Vieron cuáles eran sus debilidades? –Los dos chicos se sorprendían siempre de la capacidad que tenía Kirishima para fastidiarlo y calmarlo siendo tan explosivo como era. Y claro, la pregunta, era una difícil, Bakugo era muy orgulloso, obviamente no iba a soltar sus debilidades así porque sí.

My Messy AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora