My Messy Academy

Alumnas dedicadas

Mina: Ya no quiero...

Bakugo: Como quieras. –Se levantó para retirarse de su propio cuarto.

Mina: ¡No! ¡No! Sabes que soy floja, pero todavía puedo. –El rubio sonreía.

Bakugo: Eso me gusta, el primer examen será de inglés y luego tendremos literatura moderna, ya tenemos la segunda prueba perfecta, reforcemos la primera. –La rosada suspiraba desanimada. –Prometiste que llegarías al menos al puesto 10.

Mina: Ya lo sé...

El rubio había logrado provocarla hasta lograr ese compromiso. Claro que ella aprovechó la oportunidad. Si conseguía pasar el puesto diez, tendría una cita. Se preguntaba cada cinco minutos si realmente necesitaba las notas o la cita. Bakugo había evitado cualquier tipo de contacto con ella mientras estudiaba. Pero después de vacaciones todo volvería a ser como antes, ¿no? Sacudió la cabeza, no iba a esperar tanto, ser el puesto nueve tampoco podía ser tan difícil, ¿o sí?

Mina: Bien, agarra el temporizador, haré ese ensayo en la mitad del tiempo. Dame el tema. –El rubio sonreía.

Bakugo: Social media's role in the impact of heroes job in society –A la joven le tomó un par de segundos comprender la frase complete, luego abrió los ojos entusiasmada y empezó a escribir.

*El papel de las redes sociales en el impacto del trabajo de los héroes en la sociedad.

Mina: ¡Listo!

Bakugo: Nada mal, te quedan tres minutos. –Recibió la hoja de la joven. –Mina, la fecha está mal escrita. –La joven se chorreó en la silla del chico dejándose caer lentamente hasta el suelo. El rubio sonreía ante la actitud tan infantil de su amiga.

Pasaron unos minutos mientras el explosivo leía el ensayo. Sin considerar algunos errores ortográficos, la redacción era bastante buena. Había logrado un gran progreso en pocas semanas, el rubio sonreía satisfecho, sin dudas era un gran mentor. Retiró su silla con cuidado para llegar a la joven que estaba enroscada debajo de su escritorio. Levantó su mentón intentando no ser brusco y dejó un beso corto y suave.

Bakugo: Bien hecho Mina. –La joven no esperaba recibir esa recompensa. Se sentó aún perdida y topando sus labios con una sonrisa boba. Se acercó de nuevo buscando tener otro beso, pero el joven puso la mano para retenerla. –No aproveches la situación, mañana empiezan los exámenes, si todo sale bien, sólo tendrás que esperar hasta el sábado. –La rosada suspiró decepcionada y se levantó para salir del cuarto. – ¿A dónde vas?

Mina: A comer, siento que mis intestinos están cometiendo canibalismo ahora mismo. –El rubio soltó una carcajada, sus expresiones eran muy divertidas.

La vio salir casi arrastrando su cuerpo y se sintió aliviado. Le era muy difícil controlarse cuando estaba cerca de ella. Apoyó su codo en una de sus rodillas y sostuvo su frente con su mano. Realmente esperaba que la chica superara su récord anterior, pero no sabía qué haría si realmente alcanzaba el puesto nueve. Le gustaba mucho compartir besos con ella, pero no sabía si esa conexión podía avanzar a algo más. Sabía que ella si estaba dejando crecer sus sentimientos hacia él, pero él no estaba seguro de lo que sentía o lo que podría sentir. No quería lastimarla, sentía esa necesidad de protegerla, de verla feliz, pero no sabía si era suficiente para lo que ella quería darle o recibir de él.

Recordó el beso que le había dado momentos atrás. No era la primera vez que trataba de ser más amable con ella y no era la primera vez que sentía ese revoltijo en su interior al ver su reacción. ¿Qué quería con ella? Estaba seguro de que le tenía cariño, pero ¿Cómo la quería? Le preocupaba que sexualmente cada vez avanzaran más, la joven era bastante atrevida y él sentía tanto placer con ella, como nunca imaginó, a pesar de no haber llegado a concretar el acto final. Si sólo era eso lo que quería con ella, la lastimaría. Esas semanas en las que logró mantener a raya todo tipo de contacto, disfrutó mucho de su compañía a pesar de sólo estar estudiando y molestándose. Tenía muchas ganas de volver a besarla y tocarla, solo que con más cuidado.