Ácido

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La semana pasó muy tranquila. Su tutora anunció el festival deportivo, éste año sería a puertas cerradas, sólo transmitirían en vivo, para evitar problemas. Los chicos no estaban tan animados como el año pasado, esperaban ir tomándole importancia a medida que se acercaba el evento. El que se veía más motivado era Midoriya, pero él siempre estaba motivado.

El sábado como siempre, los chicos fueron a entrenar a las siete de la mañana. Se sorprendieron cuando encontraron a sus compañeras ahí también. Se les había hecho costumbre. Sólo faltaba un pelirrojo, que seguía evitando a sus compañeros, pues no lograba ordenar ni su corazón ni su mente.

Como siempre salieron muy satisfechos de sus avances y después de almorzar juntos salieron por un helado. Después de eso cada quién se fue a hacer sus quehaceres, quedaron en ver una película juntos después de la cena junto con sus demás compañeros, ésta vez sin competencias bobas de por medio.

Mina: Yo entiendo que estés muy aburrido, que Kaminari esté en una cita y que Sero esté en una cita también, sorprendentemente. Oh y que Kirishima nos esté evitando de nuevo... -Suspiró. –Pero eso no quiere decir que puedas venir a invadir mi cuarto con tanta confianza Bakugo. –El chico sólo soltó un quejido, estaba revisando un paquete de brillos labiales de la chica que llamó su curiosidad por la cantidad de detalles que tenía el paquete. Fue difícil verlo dentro de todo el rosa del cuarto de la chica, pero cuando lo localizó no pudo dejar de verlo.

Bakugo: ¿Alguna vez has usado esto? Se ve bastante nuevo. –Topó uno morado y lo olfateó, parecía hecho de refresco de uva. Lo probó y se arrepintió al instante, pues no tenía para nada sabor a fruta.

Mina: ¿Qué haces? ¿intentabas usar brillo? –Empezó a reír. – ¿Por qué no mejor me ayudas con la tarea? Antes ayudabas a estudiar a Kirishima.

Bakugo: Si... no creo que te guste mi método de enseñanza.

Mina: No creo que me guste ninguno, pero tengo que resolver éstos ejercicios, Ectoplasm va a revisarlos. –Se tiró sobre su mesa.

Bakugo: A ver... -Se aceró a la chica y pasó sus brazos sobre ella para llegar al pupitre.

La rosada levantó la cabeza extrañada. Empezó a observar la quijada de su compañero, la recordaba de cuando la rescató el fin de semana anterior. Tenía la sonrisa sínica de siempre, pero en ese momento no sentía miedo, se sentía protegida. Cerró los ojos y sintió su aroma, a diferencia de la vez anterior que olía a sudor, sangre y baba de rana, ahora sentía un aroma suave. No parecía utilizar perfume, sólo debía ser el olor de su jabón de ducha.

Bakugo: Pero si estaba bien, ¿por qué demonios integraste de nuevo? Mira, sólo tenías que poner éste término aquí y sumar... -bajó la mirada al notar que la chica no estaba prestando atención. Le dio un lapo en la frente para que abriera los ojos y antes de que se quejara la cogió del mentón y la hizo ver hacia la hoja. –Como te decía, pones esto aquí y sumas éste otro que te salió antes, todo lo demás es innecesario, ¿entendiste? –El sólo movió su cabeza haciendo que asintiera. –Bien y de nada.

La chica si había entendido, pero ya entendía a qué se refería con que no le gustaría su método. Terminó de hacer los demás ejercicios y le pidió que los revisara, cosa que aceptó a regañadientes. La chica llevó la hoja a su cama y se sentó a su costado para escuchar el veredicto final.

Mina: ¿Tan mal está? –El chico no había dicho nada en un buen rato.

Bakugo: No, pero tantos colores me están mareando, hazle un favor a Ectoplasm y sólo usa negro.

Mina: ¿Por qué no azul? –Ahí iba de nuevo a joder. No entendía por qué le gustaba que la chica lo retara tanto.

Bakugo: ¿No me tienes miedo?

My Messy AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora