Alerta

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El chico quedó anonadado con la imagen. El sonrojo con el cabello desordenado, ella cubriéndose los jacks y un poco sudada por la siesta. Bien, ahora no tenía sólo dos frases por las cuales preocuparse, esto sería mil veces peor.

–Lo... lo siento, yo... yo que... quería. ¡AH! Maldición lengua no te trabes. –Levantó la mano y se golpeó el rostro tratando de calmar los nervios. La miró directamente a los ojos tratando de que percibiera su sinceridad. –Yo quería despertarte probando tu idea, juro que era el voltaje más bajo que he usado jamás, no iba a pasarte nada, lo juro Jiro.

–¿Por qué entraste a mi cuarto sin permiso? ¿Por qué tenías mi jack en la mano? ¿Por qué demonios ibas a usar la lengua? –Con cada pregunta se ponía más roja aún y también se notaba que incrementaba su enojo.

–Qué buenas preguntas, pero todo tiene una explicación muy lógica, lo juro, verás... -Un momento, ¿qué iba a decirle? Todo sonaba muy mal ahora. Debía buscar una salida. –Espera, ¿Cómo sabías que lo haría con la lengua? –La observó nerviosa y con un sonrojo aún más intenso. –¡Estabas despierta! ¿Por qué no me clavaste los jacks en la cara como siempre?

Es cierto, había despertado apenas sintió que le tocaban las extensiones, se quedó fría al ver quién era, la tocaba con tanta delicadeza, se sentía muy bien. Debía decir algo, pero no pudo. ¿Qué era esa mirada? Se veía como un niño travieso a punto de cometer su más grande hazaña. Vio que empezaba a generar arcos de voltaje muy pequeños en la punta de su dedo, cada vez más pequeñas, se veían lindas.

De pronto bajó la mano ¿Se habría arrepentido? Felizmente, empezó a estar más despierta y a darse cuenta de que lo estaba observando mucho tiempo y que la estaba tocando mucho tiempo. Entonces empezó a generar arcos en la punta de la lengua, ¿en verdad iba a hacerlo? ¿cómo se sentiría? A veces ella chupaba y mordía sus puntas cuando estaba aburrida, un par de veces le habían jugado una mala pasada, eran muy sensibles, así que dejó de hacerlo, al menos en el salón o lugares públicos.

Estaba muy cerca, sentía que el corazón se le saldría en cualquier momento, su mirada estaba fija en sus labios, en su lengua, su cuerpo empezaba a calentarse. Quería sentir su lengua, quería sentir esa pequeña descarga. Estaba todo mal, no podía hacer esto, en un segundo recobró los sentidos y se levantó como pudo huyendo de esas sensaciones.

–¿Qué? ¡No! o sea sí, desperté porque me jalaste una extensión y lo primero que veo es un pervertido intentando lamer mis jacks. –Se giró dándole la espalda. En ese momento su rostro era un libro abierto y no quería que sus pensamientos llegaran de alguna forma al rubio o moriría de vergüenza.

–Oye tú propusiste intentar esto, pensé usar la lengua porque podría ¿controlarlo mejor? –Qué estaba diciendo, obviamente era mentira, pero no podía decirle la verdad.

–Oh, vale... -Sabía que era mentira, pero ella tampoco quería ser sincera, así que lo dejaría pasar. –Pero no lo hagas de nuevo. Son... –No sabía si decirlo o no, sería raro, aunque igual trabajarían con esa idea, debía decirlo. –Es que son... un poco... en verdad muy... -Sabía que lo estaba confundiendo, era difícil hablar. –¡Son muy sensibles! –Lo gritó de una buena vez para que no se cortaran sus palabras de nuevo.

–Oh, ¿Entonces, te duelen? Lo lamento. –Sabía que podía referirse a otro tipo de sensibilidad, pero prefería no ahondar en el tema por su propio bien.

–No... o sea –Suspiró fuerte, esa conclusión era suficiente. –Sí, tranquilo, no dolió. Por el momento sólo intentemos con la punta de tu dedo, yo me encargo de mis jacks, no los toques de nuevo, por favor. –Abrazó inconscientemente sus jacks, para protegerlos de su propia curiosidad, pues si cedía un poco más, sabía que terminarían en la boca del rubio y la idea le gustaba tanto que la asustaba.

My Messy AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora