My Messy Academy

Por fin

Regresaban a la sala conversando muy animados sobre cómo habían logrado ejecutar tan bien el plan. En realidad, era más que nada el moreno elogiando a la chica de cola por sus creaciones y su capacidad intelectual.

–¡Kyoka! ¿Estás bien? –Kaminari tocaba con cuidado sus orejas revisando que no estuviera sangrando. - ¿Necesitas ir a la enfermería? –La chica sonreía embobada, le encantaba que fuera tan atento con ella.

–Sí tranquilo, el filtro funcionó de maravilla. –El rubio se mostraba satisfecho y no podía esconder orgulloso que se sentía de sí mismo. –Ya, ya, quita esa cara, bobo. Ya te agradecí mucho por el regalo cuando me lo entregaste.

–Lo siento, es que jamás habría pensado en diseñar algo así en mi vida, y que te sea tan útil, me hace sentir muy feliz.

El día que le pidió ser su novia le entregó el filtro como regalo, sugiriendo que le parecía mucho más útil que los chocolates y que lo llevaría más tiempo con ella. La chica se sorprendió mucho al saber qué era y cómo funcionaba. Había pasado un par de días en el departamento de apoyo discutiendo con Hatsume sobre el pequeño artefacto.

Fue difícil, pero la peli rosada le dejó hacer todo bajo estricta supervisión, desde la soldadura hasta el diseño de la caja. Ésta tenía una semicorchea que, en lugar de la colita curva, tenía un rayo, combinando así los símbolos de los dos.

–Oye para ya de sonreír, estamos en clase y me estoy conteniendo mucho. No debemos darle más problemas a la profesora Midnight. –El chico besó rápidamente su cabeza y se alejó asintiendo.

Unos metros más allá, la profesora suspiraba aliviada. Malditos jóvenes hormonales, pensaba. La tenían terriblemente estresada, se quedaba hasta tarde esperando a que el chico regresara a su habitación y no intentara regresar. Esperaba que fuera el único caso en su clase, aunque el segundo año recién empezaba y era uno de los más complicados emocionalmente para los jóvenes. Tener más parejas sería tan estresante ¡al diablo la juventud! Podrían enamorarse todo lo que quisieran cuando ya no fueran sus tutorados.

–Bien, entonces los grupos "cuatro" por favor. –Miraba sorprendido a su colega, cambió de dar un grito fuerte por su inminente victoria un minuto atrás, a tener esa aura sombría y unos ligeros temblores. –Koji y Uraraka vengan por favor. Tetsutetsu y Shinso vayan. –La profesora no hizo ningún comentario, parecía seguir atrapada en sus pensamientos.

–Bien, otro encuentro con resultados obvios... -Ojiro estaba notablemente desanimado.

El encuentro dio inicio. Uraraka esperó a que su compañero se uniera a una bolita negra que él cargaba, la tocó y activó su singularidad empujando la bolita hacia el territorio contrario. Cuando la bolita estuvo en posición Uraraka liberó su singularidad. Kuroiro sacó solamente una mano y tomó la caja. Aoyama se dio cuenta de que la caja no se encontraba y pudo ver que una mancha negra se guardaba en ella. Recordó que sus compañeros del otro salón habían comentado sobre la habilidad de Shihai Kuroiro y apuntó su láser hacia él. El chico salió de inmediato de la bola y fue derrotado por la intensa luz. Aoyama se sorprendió al ver que la caja no se encontraba con él, pero tuvieron que hacer caso a la señal y retirarse ambos del campo.

Mientras tanto una pequeña Kodai llevaba la cajita a su territorio montada en una ardilla que había respondido al llamado de Koji. Juntaron las dos cajitas y sonó la campana. Uraraka suspiró pues a menos de un metro de ella se encontraba Shinso y al lado contrario estaba Tetsutetsu muy cerca de su caja. La sola presencia del nuevo miembro del salón B era suficiente para intimidar a cualquiera, ni hablar de su habilidad. Siendo como era ella, habría caído demasiado fácil. Estaba agradecida con él por la vez que logró ayudarla a calmar a Deku, pero aún no se acostumbraba a su presencia.