My Messy Academy

Despertar

Dos meses habían pasado desde entonces, Bakugo se negó a recibir el tratamiento del pequeño, la rehabilitación estaba completa y aunque le dolía ligeramente el hombro, era un dolor soportable al que se acostumbró igual que lo hizo con los dolores de sus brazos debido a las explosiones. Tampoco quería permitir que la pequeña Mahoro viera que era débil, ella misma lo había dicho, él era el más fuerte y por eso estaba mejor que los otros dos sin recibir el tratamiento de su hermano. En pocos días iniciaría el segundo año en la academia UA, sobrepasando los inconvenientes, los alumnos estaban listos para iniciar el que sabían, sería uno de los años más pesados de sus vidas.

Uraraka visitaba frecuentemente a Midoriya, se le había hecho un hábito visitarlo en el hospital y aunque ahora no tenía una excusa para verlo, no podía controlar las ganas de verlo, así que decidió no contenerse más y visitarlo cuando le parecía prudente. Al igual que muchos de sus compañeros, tenía problemas para dormir cuando recordaba los hechos del último año, pero le calmaba el recuerdo del día en que Deku despertó.

Midoriya Izuku despertó al segundo día de tratamiento, después de un total de 8 horas de trabajo con el pequeño Katsuma. Las cicatrices de sus manos no se habían borrado y el daño de sus brazos tampoco había mejorado mucho, eran daños permanentes. Sin embargo, casi no quedaba huella de la batalla contra el FLP. Recibió a su madre quién estuvo muy afligida durante casi dos meses y le aseguró que todo estaba bien y que continuaría con su entrenamiento. Esa misma tarde recibió la visita de Ochaco quien no dudó en abrazarlo al entrar a la habitación. Fue una sensación gratificante para ambos. Conversaron casi toda la tarde sobre el estado de sus demás compañeros y de la sociedad de héroes, la castaña no quería preocupar mucho al recién despertado, pero no dudó en absolver sus dudas de la mejor manera, al fin y al cabo, se terminaría enterando y prefería que fuera en un ambiente sin tanta tensión y con su compañía.

–Ya veo. Uraraka-san, gracias por traer a Katsuma, me gustaría verlo pronto. Se está tomando muy en serio todo esto, no descansó ni un día y ya está tratando a Todoroki-san. Me pregunto cómo se tomará la noticia sobre su padre. Iré a verlo tan pronto como me den de alta. Me alegra saber que Kacchan está bien, no pude evitar preocuparme por él lo que quedó de la batalla. –Midoriya se rascaba la cabeza disimuladamente.

–Eres increíble Deku-kun, acabas de despertar y ya te estás preocupando por los demás. Habrá tiempo para todo, tendremos que entrenar más duro y estar preparados, sabes que esto aún no termina. Pero estaremos juntos en esto. –Se sonrojó al percatarse de lo que había dicho. –Me, me refiero a todos, todos estaremos juntos esto, jaja.

–Lo sé, saber que tengo amigos como tú es muy reconfortante, me has ayudado a entrenar y me ayudaste a controlar mi singularidad cuando me sobrepasó. Realmente estoy feliz de verte aquí conmigo, siento que te debo mucho Uraraka-san. –Ambos estaban muy rojos y nerviosos por sus palabras. Se sostenían la mirada intensamente sin darse cuenta que sus manos estaban unidas.

Se escucharon voces afuera y la puerta se abrió azotándose contra la pared.

–¡Maldito Deku, al fin despiertas! –A pesar de mostrarse violento como era habitual, se lograba ver un poco de alivio en sus palabras.

–Bakugo, no puedes hacer esto aquí, es un hospital y... –Se percató de la unión de las manos de sus compañeros y de lo rojos que se encontraban ambos. –¡Lamento mucho que interrumpiéramos! –Kirishima lo dijo tan rápido como pudo mientras cubría los ojitos de la pequeña Mahoro y sostenía del brazo a Bakugo para sacarlo de la habitación.

Al escuchar el sonido de la puerta ambos jóvenes se soltaron las manos y gritaron al mismo tiempo que no era lo que parecía. Uraraka salió corriendo de la habitación para traer de nuevo al peculiar trío y Kirishima no desaprovechó las oportunidades que se presentaron para molestar a sus compañeros lo que quedó del tiempo de visita.