My Messy Academy

Distancia

Natsuo: Entonces también lo notaste...

Todoroki: ¿Desde hace cuánto que nuestra hermana regresó?

Natsuo: Hace una semana. Nuestro "primo" no ha venido a visitarla y no estoy seguro, pero creo que tampoco estuvo asistiendo al trabajo.

Todoroki: Ella sigue pagando el departamento... ¿Hablaste con mamá?

Natsuo: ¡No! Claro que no, quise, pero está mejorando mucho. Cuando la vio volver a la casa estuvo muy feliz.

Todoroki: Voy a intentar hablar con Fuyumi, estuve mucho tiempo pensando en esto.

Natsuo: Hablaremos luego, tienes que contarme si logras saber algo. –Recogió sus cosas de la sala. –Debo irme, hoy me quedaré a estudiar con mis compañeros, nuestros finales empiezan en dos semanas. –El bicolor asintió.

Rei: ¡Hijo! ¿Te vas tan temprano? –Se acercó a dar la bendición al mayor de sus varones y despedirlo.

Al regresar el domingo a su casa, Shoto Todoroki se llevó la sorpresa de que quién lo recibió fue su hermana mayor. La notó algo desanimada. No comprendía por qué había regresado si tenía un apartamento cerca de su trabajo que, aunque no le gustara la idea, compartía con el susodicho primo que apareció de la nada. Pensaba visitarla seguido para poder obtener información de él esa semana, ahora todo se complicaba. Su hermana era muy reservada con sus temas, no quería ser indiscreto e incomodarla.

Rei: ¡Shoto! –El grito de su madre lo regresó a la realidad. – ¿Está todo bien? –El joven asintió. –Te veo más grande cada vez, ya no eres un niño pequeño... -Se le veía triste. –Te preguntaba sobre tu academia, Fuyumi me comentó que subiste una posición, me alegra. –Su relación había mejorado mucho desde el año anterior y ella estaba feliz por eso, era el hijo al que más había lastimado, la marca de su rostro se lo recordaba a cada instante. Qué tan bello sería su muchacho si no tuviera esa marca. Suspiró conteniendo las lágrimas.

Todoroki: No es mucho, no me preocupa tanto esa tabla. –Vio el semblante de su madre, no sabía cómo animarla, siempre era malo en esos temas. –Yaoyorozu bajó una posición, pero sigue estando sobre mí, parece que a ella si le afectó. –Logró reconocer ese brillo en el rostro de su madre que siempre le generaba oír el nombre de la morena.

Rei: Es una joven muy dedicada, bajar del primer lugar es difícil siempre. –Recordó de nuevo esa posición que tantos problemas le había traído con su fallecido marido. –Me alegra que a ti no te afecte tanto, eres un chico muy inteligente y muy hábil, lo demuestras aún sin esforzarte. –Quería ser lo más suave posible con él, no necesitaba presionarlo, si por ella fuera, lo alejaría de la responsabilidad a la que lo arrimó su marido. No lo hacía porque parecía que su pequeño lo disfrutaba. –Sabes que puedes invitarla, haremos uno de sus postres favoritos y le enseñaré un nuevo estilo de bordado, a ella le gusta mucho hacer manualidades. Será una buena heroína y una buena esposa también. –Asintió ruborizado, no había comentado nada sobre el arrebato que le llevó a prácticamente proponer matrimonio a la morena. Seguro que su madre estaría feliz con la noticia, pero de nuevo, aún no era el momento.

Todoroki: Dijo que vendría a visitar, probablemente venga mañana. –La mujer sonrió. –Madre, ¿Fuyumi ha hablado contigo?

Rei: ¿A qué te refieres Shoto? ¿Sobre la empresa?

Todoroki: No... sobre las razones por las que se fue y regresó de casa...

Rei: Bueno, se fue porque estaba más cerca del trabajo y regresó porque extrañaba pasar tiempo con nosotros. Sabes que a ella le gusta mucho sentirse en familia, por eso le es difícil apartarse de nosotros. –Su sonrisa sincera le decía que su madre no estaba escondiendo nada. –Yo estoy feliz de poder tenerlos cerca un poco más. A Fuyumi le agrada mucho la idea de tener una familia como la que no pudo con nosotros, es muy guapa y diligente, sé que encontrará pareja pronto y por fin se desligará de la familia. Natsuo aún tiene un par de años en la facultad de medicina, pero ya lo vez, casi no para en casa desde ahora, probablemente salga primero. Y tú. –Acercó su mano tratando de hacerle una caricia y se detuvo, dudaba de si él quisiera tener ese contacto con la mujer que lo dañó. Para su sorpresa el joven acercó el rostro recostándose como un gato en la palma de su mano, logrando que se formara un nudo en la garganta de su madre. –Mi pequeño Shoto... tan educado, tan gentil y dulce... siento que te irás muy pronto, tu camino como héroe ya está trazado y tienes a alguien muy especial cerca. –El bicolor se sonrojó y apartó la cabeza de la mano de su madre. –Espero que logres tener la familia que te mereces y puedas ser muy feliz. –Una lágrima recorría el rostro de la mayor. Estaba muy a gusto con la presencia de la pelinegra porque podía sentir sus intenciones para con su hijo, nada podía hacerle más feliz que saber que todo el cariño que su hijo debió recibir de pequeño, podría recibirlo cuando grande, no era lo mismo, pero sería más que suficiente para el resto de su vida.