Kyotoku: No termina de gustarme la idea...
Mika: Cariño, ya están listas sus cosas, deja que vaya, sabes que quiere ir hace mucho. Hemos estado y seguimos estando ocupados con la discografía. Denki parece ser un buen chico, la cuidará bien.
Kyotoku: Estoy seguro de que sí, eso no es lo que me preocupa. –Su esposa se acercó para abrazarlo y levantó uno de sus mechones de cabello con su extensión.
Mika: ¿Acaso estás recordando algo? –Mostraba una sonrisa juguetona.
Kyotoku: Exactamente eso. –Se recostó en la cama cubriéndose el rostro.
Mika: No puedes evitarlo, así como mis padres no pudieron evitar que pasar contigo. –El esposo gruñó. –Y te recuerdo, que nosotros les llevamos la delantera por un año. Yo tenía dieciséis cuando pasó. –Acariciaba suavemente el rostro de su pareja.
Kyotoku: No es lo mismo...
Mika: Probablemente no, ya que mis padres te odiaban. –Empezó a reír. –A ti te cae bien el muchacho, es incluso mejor, ¿no crees?
Kyotoku: Es que es mi pequeña Kyoka. –La esposa contempló con ternura como su esposo estaba al borde de las lágrimas. Tenía todo el aspecto de ser alguien rudo, pero era la persona más sensible que pudiera haber conocido. Lo atrajo hacia ella para abrazarlo.
Mika: Ya no es una pequeña, pronto se irá de la casa, será una gran heroína y tendrá su propia familia. Podrás jugar con tus pequeños nietitos, que seguro pararán aquí en la casa porque sus padres estarán ocupados, te gustará. –Pasaba las manos por la espalda de su esposo reconfortándolo.
Kyotoku: Seguro que esos pequeños serán muy buenos con los instrumentos, el chico aprende rápido. Si son tres podrían hacer una minibanda y les grabaríamos un disco. –El rostro del mayor empezaba a iluminarse con la idea mientras su esposa estallaba en carcajadas.
Mika: Sí amor, todos los discos que quieras... -Besó dulcemente a su marido, estaba aliviada al ver que estaba de mejor humor. Era como un niño pequeño, uno al que amaba muchísimo. –Ahora, vamos a dormir, que mañana salen temprano. –Su esposo la recostó en la cama y continuó besándola. La señora Jiro entendió sus intenciones y clavó sus extensiones en los ojos de su esposo. –Dije a dormir Kyotoku, tendremos la casa libre un par de días, puedes esperar. –Sonrió al ver un tierno puchero en el rostro de su esposo. –No es no querido, a dormir. –El rubio suspiró y obedeció a su mujer, esa costumbre de clavarle las extensiones no iba a desaparecer nunca.
Mientras tanto la hija de los Jiro estaba recostada sin poder conciliar el sueño. El domingo pudo proponer a su novio el viaje, quien aceptó al instante. El joven no tendría problema con sus padres, pues siempre lo habían dejado tomar sus propias decisiones sin intervenir mucho. Cuando les mencionó que tenía novia se alegraron por él y le aumentaron la mesada, por si tenía citas y principalmente para que pudiera comprar preservativos. El joven se avergonzó mucho cuando su madre se lo dijo tan directamente, pero agradeció que fueran así de liberales. Al parecer sus propios padres estaban más tranquilos con la idea que él mismo. Esas ganas de hacer que todo fuera perfecto en su relación lo estaban tensionando mucho. Envió un par de textos a su enamorada dando los últimos detalles para el día siguiente y deseándola buenas noches.
Saldría temprano de su casa y cogería un tren que pasaría por la prefectura de Shizuoka, en donde se encontraba Kyoka, para recogerla y seguir de largo hasta llegar a la ciudad Fujinomiya, desde la cual harían tomarían una de las rutas para hacer una caminata por el monte Fuji. Fue una noche larga para ambos jóvenes, pero al fin el día había llegado y se encaminaron a la estación de tren correspondiente con sus padres.
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My Messy Academy
RomanceDespués de la batalla contra el Frente de Liberación Paranormal (FLP) la sociedad de héroes debe enfrentarse a nuevos cambios. Pero primero debe velar por la recuperación de los héroes heridos en combate. Tres estudiantes de la UA se encuentran aún...