26.-La bandida ciega

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Narra Ann

—Es muy caro, pero realmente me gusta—Comenta Sokka viendo un bolso, les explico, llevamos aproximadamente media hora en una tienda apoyando a Sokka en su gran decision de si comprar o no un bolso caro.

—Entonces compralo, mereces algo bonito—Le apoya su hermana a mi lado, ¿la bolsa es bonita? Si, ¿lo vale? No creo, pero al ser maestra aire me han enseñado a que lo material no es lo más valioso del mundo.

Excepto por el planeador y el "ave" de Sokka en mi bolsillo no poseo nada muy importante o de valor, son cosas que ni siquiera me costaron, el planeador fue por los monjes y el "Ave" de Sokka fue...por Sokka, ¿Porque me dio un "Ave" de madera? ¿Como porque nunca me pregunte eso?

Mientras estaba perdida en mis pensamientos el detective Sokka ya había comprado el bolso, al fin podíamos continuar con nuestra búsqueda de un maestro tierra para mi querido amigo calvo.

—Oigan—Se nos acerca un hombre con volantes—¿Les gustaría ser maestros tierra? Deberían ir a la academia del maestro Yu—Nos lanza una sonrisa de comercial y nos da un volante ¿No les encanta cuando las cosas caen en bandeja de oro? Al fin algo easy.

—¡Mira un cupón de descuento, la primera clase es gratis!—Se emociona Aang, como les dije ¿No les encanta cuando las cosas son así de fáciles?

—¡Vamos a verte lanzar piedras capitán rodilla!—Lo abrazo de lado mientras me frunce el ceño, odia cuando lo llamo capitán rodilla.

Entre risas se me acerca un Sokka modelando su costosa bolsa—Estoy de acuerdo con Ann, ¡Vamos!—me toma del brazo entrelazando su brazo, vaya que comprarse algo bonito lo puso de un gran humor.

Katara no replica así que terminamos en la academia.

Esperamos a Aang fuera de la academia ya que una maestra agua y "Dos" no maestros no pueden ver las clases. ¿Respeto las reglas? No, junte unas cajas y las apile abajo de una pequeña ventana, después subí y ahora estoy viendo como a mi flecha lo apedrean. Katara quiso respetar las reglas y esperar a Aang en la entrada, yo hice mi trampa y Sokka esta junto a mi "cuidándome" que no me caiga de las cajas.

Si se preguntaban como estaba mi relación con Sokka, se podría decir que me encuentro confundida, algunas veces estoy segura de que me gusta, y otras solo quiero patearlo por ser un idiota. Aun me avergüenza lo del beso, pero me decidí a que no actuaría hasta que mis sentimientos no estuvieran revueltos. O me gusta o lo quiero patear, no pueden ser ambas, ¿O tal vez si?

—¿Y? ¿Como va?—Pregunta Sokka al lado mío.

—Genial—Me atrevo a decir después de ver como un niño le lanzaba una enorme piedra y se daba contra la pared.

—¿En serio?—Pregunta extrañado.

—No—Suelto una risita mientras volteo a verlo—Le están dando una paliza la verdad, es difícil de ver—Y regreso la mirada a la paliza de Aang.

—Tal vez deberías bajar—¿Porque querría bajar?—Ya casi es hora, no debe saber que lo vimos se avergonzará—Buen punto Sokka, al voltear para bajar me encuentro con la mano de Sokka.

—¿Que? ¿Crees que no puedo bajarme sola?—Lo miro con una ceja levantada. ¿Se me hizo lindo? Si, pero no dejare que el vea eso, la Ann que no le interesa Sokka replicaría o se burlaría, no la aceptaría linda a la primera.

Si, ahora intento ser la Ann de antes del polo norte, la que no le interesaba Sokka.

—Solo toma mi mano—No pude evitar soltar un quejido, y como la sumisa que soy tome su mano para bajar, la solté de inmediato y le rodé los ojos, lo que lo hizo a él quejarse de una manera cute.

La amiga de Aang Donde viven las historias. Descúbrelo ahora