La amiga de Aang

27.-Zuko Solitario (o no tan solitario)

Aviso: me la mame.
JAJAJA me disculpo de ante mano todo lo que esta mal en este capitulo, pero yo necesitaba que esto pasara y es mi fanfic así que si yo quiero crear cosas super convenientes las voy hacer, y ni me vengan a decir que no tiene sentido, yo se, gracias:*

Narra Ann

Había pasado una semana desde mi pelea con el grupo, tener a Toph al inició era divertido, entre las dos molestábamos a Sokka y Katara, y el pobre de Aang tenia que controlarnos a cada rato, pero luego Toph empezó a meterse en asuntos que no le importaban en lo mas mínimo, como mi relación con Aang, mis sentimientos con Sokka, que si soy muy débil y hippie, que si Katara muy maternal, que si Sokka es inútil, que si Aang es muy "niña" para hacer tierra control.

Quisiera decir que supe mantenerme al margen pero no, inicie una pelea donde hice a Aang tomar una decision estupida donde no podia ganar, "¿La come tierra o yo?" Después de que la pelea se convirtiera en una decisión para el futuro del mundo puesto que Toph tenia que ser si o si su maestra tierra Aang termino diciéndome que tal vez necesitaba estar sola un rato.

SI, MI HERMANO DEL AIRE ME DEJO PARA QUE SIGUIERA SOLA EL CAMINO UN TIEMPO.

Ya va una semana de eso, al inició estaba molesta pensando en todo lo que puede estarles pasando y yo sin poder hacer nada, caminando con calor, guardando energías pues no quise llevarme una mochila llena de alimentos.

Pensaba que era la peor decisión del mundo por parte de Aangtonio, pero no, la verdad que ir a mi antojo me relaja, tal vez tuviera razón y solo necesitaba alejarme del estrés.

Llegue a un pequeño pueblo que con solo verlo te da sed, la mayoría de personas estaba dentro de sus casas, algunos niños jugaban, y como son los menos intimidantes del pueblo decidí acercarme, me puse de cuclillas como ellos que se escondían detras de una pared seguro haciendo travesuras.

—Hey—Les hablo bajito y ponen los ojos como platos.

—No íbamos hacer nada—Contesta uno de ellos con su mejor cara de inocencia llena de nerviosismo.

—Que va, ¿cual es su plan?—¿Que tiene de malo seguirles la travesura?—No dire nada—Después de guiñarles el ojo uno de ellos me pasa un huevo.

Volteo en su dirección y veo una bola de tipos platicando en la sombra.

—A las tres—Ordena el de enfrente—uno, dos, ¡tres!—Y tal como lo dijo aventamos los huevos y nos escondimos.

Los chicos y yo reímos bajito, hasta que escuchamos el inició de una pelea, al parecer nuestra pared era un mercado y alguien tuvo la mala suerte de comprar algo mientras atacábamos, me di cuenta que los tipos pertenecían al ejercito, por un comentario de ellos y ahora yo tenia ojos de plato.

—¡¿Me dejaron tirarle huevos al ejercito?!—Los chicos se vieron nerviosos.

—No preguntaste—Dijeron muy sacados de la pena.

—Buen argumento—Decidí acercarme al borde de la pared para ver mejor.

—¡Adiós!—Uno de los niños se despide y se va corriendo en dirección opuesta.