13.- El Espiritu Azul/ Enfermos

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Narra Ann

Hacia ya un rato que nos habíamos detenido en una especie de templo abandonado pues el guerrero Sokka estaba muy enfermo, hasta hablaba mas incoherencias que de costumbre, a decir verdad yo me hacia la fuerte pues estoy segura que estoy igual de resfriada que el por haber estado en la tormenta tanto tiempo.

Sokka lleva rato riéndose pues aprendió a hablar con Appa y hasta me susurro que ya entendía porque amaba hablar con el, hasta reír me hace toser y es estresante, me siento inútil aunque la juegue a que estoy bien.

—Ire a buscar medicina—Aang toma su planeador listo para marcharse y lo imito.

—No creo que sea buena idea que vayas Ann—Si al parecer lo sospecha.

—Por favor Aang que va... estoy perfecta—Le dedico mi mejor sonrisa pero al pasarme la mano por la frente lo sabe.

—Estas igual que Sokka solo que más cuerda, debes quedarte—Puede que este enferma pero soy totalmente capaz de ir.

—Yo te acompaño—Aang le sonríe a Katara y lo acepta. Genial.

—¡No me hagan quedarme sola con Sokka!—Hago el mejor puchero que puedo mientras de fondo Sokka se queja. Digo Sokka no es tan malo pero parece muy pasado de copas.

—Sokka necesita que lo cuiden—Me Sonríe Katara, toso lo mas convincente que puedo y eso me hace toser de verdad.

—Yo también necesito que me cuiden—Intento abrazarme a Aang pero este me quita con aire control y me lanza cuidadosamente enseguida de Sokka el cual esta mas feliz de verme que de costumbre.

—No tardaremos ¡Cuídense!—Y así Aang sale con Katara y me deja aquí.

Yo debo quedarme con un Sokka muy ido mientras ellos van de aventura. Que bonita es la vida.

—Vamos Ann—Me sonríe Sokka el cual parece un tamalito ya que esta envuelto en mantas y pues esta malito—Ni vas a notar que estás cuidándome—Al segundo tose y siento que se le va salir el pulmón.

—Ojalá Sokka ojalá—Le dedicó mi mejor sonrisa pero estoy fastidiada de verdad.

—¿Tu estas bien?—Se medio levanta para darse vuelta y verme.

—Un poco resfriada pero entre menos me acerque a ti mejor—Mi respuesta no lo pone muy contento.
—Si me permites subiré a la montura para estar lejos ¿Va?—Aunque le pregunte en realidad no me importa su respuesta y procedo a subir cuando este me toma del pie.
—¿Que demonios Sokka?—Sokka me jala hacia abajo un poco muy cerca de el ¿De donde saco la fuerza?

—¡Tienes que cuidarme!—Me hace un puchero casi diría que es adorable pero es Sokka.

No me malinterpreten, Sokka es guapo, tiene un cabello muy genial, y soy fan de su cálido color de piel tostado, tiene ojos claros que hacen contraste y pues no esta mal pero cero tengo un interés de verdad en ser algo más que su compañera de viaje. O sea es Sokka.

—¿No habías dicho que ni iba notar que estaba cuidándote?—Cito sus palabras y el rueda su mirada para posarla en mi.

—Lo dije para que no te pusieras amargada—Pronuncia lo último con cautela como si fuera a darle un puñetazo por decirlo.

—Va, perdón—No se porque me disculpo pero me sonó bien.
—¿Necesitas algo enfermo Sokka?—Sokka procede a toser para después pedir agua, le contesto un "esta bien" y bajo al río a conseguirla.

Al regresar al templo abandonado me topo con un Sokka dormido medio destapado, como que quizo levantarse pero supuso demasiado esfuerzo y cayo medio dormido en las patas de Appa.

La amiga de Aang Donde viven las historias. Descúbrelo ahora