Paso el esmalte negro por las uñas de mis pies y suelto aire con el propósito de que se sequen cuanto antes. El reloj marcan las seis de la tarde y debía estar lista antes de las ocho en punto, Daryl odiaba la impuntualidad. No tenía previsto discutir con él después de no haberlo visto por dos semanas enteras. Pese a que fuera más mayor y que no tuviéramos nada serio, me gustaba... y lo extrañaba demasiado.
Camino por mi habitación con cuidado de no estropearme las uñas y me planto frente mi armario para elegir el vestido que Daryl me arrancaría en la habitación del hotel. Bailo al ritmo de la música mientras meneo de manera exagera las caderas.
—Y a mi me gustan mayoreeeeees—grito como si estuviera en la misma discoteca.
La puerta de mi habitación se abre de par en par. Carl Grimes, mi compañero de piso, me mira molesto.
—¿Puedes ser menos ruidosa?—pregunta en un intento de no mandarme a Corea del sur de una patada—. Estoy tratando de estudiar.
—¿Puedes tocar la puerta?—cuestiono mientras le hago obvio que no estoy en condiciones de que entre—estoy en bragas.
El pálido rostro de Carl se endurece y parpadea varias veces, cayendo en la realidad de mis braguitas con el dibujo de ositos. No sé quién de los dos estás más avergonzado; si él por querer llegar virgen al matrimonio y no haber visto a ninguna mujer en ropa interior o yo por las braguitas económicas que tenían un hueco en la parte trasera. Por suerte estaba de frente, poca dignidad me quedaba ese día.
—Yo... lo siento.
—¿Se empalmó?—murmuro en español al ver como un bulto sobresale de su pantalón de chándal, él me mira interrogante sin entender para después seguir la dirección de mis ojos.
Sus mejillas se encendieron como mechas, de un rojo intenso. Disculpándose se marcha cerrando la puerta. Inflo mi pecho con orgullo al ver el efecto que hago en Carl y continúo seleccionando mi vestuario.
No sé en que momento decidí hacerle caso a mi madre para que le alquilara una habitación al hijo de su mejor amiga. Pero cuando me amenazó con que no me iba a pagar la casa porque mis notas en la universidad habían bajado, no me quedó mas remedio. Adoraba la soledad de mi casa, podía andar desnuda, traer chicos y hasta cagar con la puerta abierta. Pero ahora esas cosas no las podía hacer. Traer a Carl era un medio de comunicación con mi madre, me controlaba pues no quería que Carl se fuera de chismoso. Una vez lo llame virginal en una cena entre sus padres y los míos, a cambio él dijo que andaba con alguien mucho mayor que yo... me amenazaron con quitarme las tarjetas de créditos y el coche.
Cosas de ricos, no lo entenderían.
(La escritora tampoco entiende porque es re pobre :( jeje sigamos)
Así que ahora no puedo traer a Daryl a casa y teníamos que vernos a escondidas en el hotel de siempre.
Subo el volumen de la música con tal de molestar a Carl y no permito que mi buen humor se esfume. Bailo como una loca en el proceso de lucir radiante de pies a cabeza.
ESTÁS LEYENDO
Relatos [TWD]
FanfictionContenido explícito para mayores de edad. Me he dado cuenta de que están copiando mis relatos. Si ves algo parecido a mis escritos, hazmelo saber, por favor. Cualquier comentario absurdo será borrado y después se bloqueara la cuenta. Diferentes si...