Relatos [TWD]

10. Rick.

¡Me cago!

No es de me cago en mi puta vida, que también. Sino que es literal. Me ha dado tremenda diarrea voladora que me quiero morir aquí mismo. ¡Cómo me puede pasar esto en plena cita con el hombre que me gusta! ¿Qué hice en mi anterior vida que ahora el karma me lo paga de esta manera? Es que pobre chaval, le estoy dejando el baño fino. Abro el grifo para disimular la situación y tarareo como si no estuviera apunto de tener un colapso mental.

Me he pasado la semana haciendo una estúpida dieta de lácteos, a la final mi estómago a dicho; que te jodan zorra que ahora vas a sufrir la consecuencias de seguir gilipolleces de youtube. Pero los tres kilos no me los quita nadie, y evacuando ni te digo lo que abre bajado. ¡Hasta la rica cena que él había hecho! Lloriqueo en mi interior y me pongo más nerviosa cuando escucho un par de toques en la puerta.

Ay que me mueroooooooo. Ayuda, ¿policía? Tengo una emergencia, la dignidad ha desaparecido de mi ser. Encuentreeeeeenla, gracias.

—¿Te encuentras bien?—pregunta Rick en tono preocupante.

No, amor de mi vida, no me vas a querer después de que te atasque el váter con mis desechos. Perdóname, que me gustas un montón jolín. Soy un ser humano, cometo errores. Como a ver pasado un hambre de la hostia para entrar en esa puñetera falda que he comprado en las rebajas. Encima es fea la jodida, la voy a vender en wallapop. No la quiero ver más.

Me retiro el sudor de la frente y suelto un suspiro, me levanto como puedo, porque ni siquiera puedo abandonar del todo el inodoro. Y como tengo el lavamanos al lado no me es muy difícil de hacerlo. Cierro el grifo.

—Sí, todo bien...—suelto una risita nerviosa.

Espero un tenso silencio de tan solo unos segundos.

—Llevas un buen rato en el baño, estaba preocupado.

¿Se preocupó por mí? Vamos a casarnos y a tener un par de gatos, please.

Llevo coladita detrás de Rick desde que mi hermana mayor me lo presentó en una fiesta, después de varios encuentros con gente a nuestro alrededor, él dio el paso para cenar en su casa. SOLOS. A ver que un par de besos nos habíamos robado, pero solo eso, nada más. Pero yo creía que hoy era mi noche, mi jodida noche para cenarme entero a ese hombre. Pero nooooooo. Nunca me salen las cosas como las planeo.

Y pasó lo que menos quería, se me salió un pedo involuntario. ¡Y no tenía el grifo abierto! ¡Estábamos en silencio y rebotó por todo el baño!

—Ah vale ahora lo entiendo, tranquila.

Mis ojos se empañan de lágrimas, pero son lágrimas de vergüenza.

—Tomate el tiempo que quieras, te espero, bonita.

¿Me ha llamado bonita tras escuchar mi pedo y saber que he estado cagando en nuestra primera y real cita? ¿Puedo estar exagerando? ¡No lo sé! No puedo pensar con claridad, la vergüenza y el bochorno me nublan los pensamientos coherentes.

Tras diez minutos batallando con mi estómago e implorando que no me falle hasta llegar a mi casa, termino por lavarme las manos y arreglar mi rostro de sufrimiento lo mejor posible. Mis tacones retumban por el parquet y los ojos de Rick se encuentran con los míos. No sé como leer su rostro, está como neutro.

Se acerca a mí con una taza en la mano y me regala una tierna sonrisa.

—Te he preparado un té de manzanilla, puede que te sienta mejor.

Mi rostro arde a fuego vivo mientras recibo la taza y agradezco el gesto. Había pasado dos horas arreglandome para la cita, dos malditas horas intentando ser una diosa para él y la he cagado pero bien. Bueno eso también, es literal. Mierda. ¡Ahhhhh! Callate conciencia, dejame vivir.