25. Daryl.

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—¿Qué opinas de las relaciones a larga distancia?—le pregunto a mi mejor amigo, Glenn

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—¿Qué opinas de las relaciones a larga distancia?—le pregunto a mi mejor amigo, Glenn. 

Me mira interrogante y deja la lata de cerveza sobre la mesita de nuestro salón.

—¿Ya estás conociendo a viejos?

Le tiro una almohada ante su pregunta poco acertada.

—Me gustan mayores, no ancianos—refunfuño ofendida.

—Volviendo al tema—dice mientras se acomoda en el sofá—no creo que funcionen. Por lo menos mi relación con Maggie no funcionó, siempre hubo inseguridades de por medio debido a la distancia, y es importante la confianza en una relación.

—No es un buen ejemplo—contesto entre risas y le miro con incredulidad—Maggie vive a veinte minutos en metro, vago.

Glenn se encoge de hombros como que con él no fuera la cosa.

—Estoy conociendo a un hombre... pero como que no fluye la cosa.

Mi amigo me echa una mirada de; ¿otro más? El enamoramiento me dura pocos días porque me aburro fácil. No soy el tipo de persona que llora por relaciones fallidas, solo me pongo triste y a los días vuelvo a ser yo misma.

—No me conformo con cualquiera, quien tenga que pasar por mi vida, que pase. Además, si no tengo novio oficial no tengo porque serle fiel a nadie.

—¿Y como es él? No me digas que es otro chalado que quiere hacer un ritual satánico en medio del cementerio.

—Ese día las risas no faltaron—comento de manera sarcástica.

Realmente tuvimos que salir corriendo porque comenzamos a escuchar ruidos muy turbios, así que Glenn que siempre se apunta a mis disparatados planes, cogió de mi mano y salimos pitando del cementerio.

—Estaba muy bueno, que pena que quisiera venderle nuestra alma a quién sabe qué—recuerdo con una mueca de ensoñación—le hubiera hecho feliz.

—Te aburres muy rápido de los hombres—puntualiza mi amigo tras beber de su cerveza, le imito y acomodo mi cabeza sobre el respaldo del sofá.

—Es que no hay hombres que valgan la pena, los de ahora son tan exquisitos que dan asco relacionarse con ellos. ¿Qué es eso de que prefieren mujeres naturales? Vaya gilipollez—comento malhumorada—. Si quieren una mujer natural pues que también acepten los pelos que no son solo en la cabeza, que acepten que no estamos siempre maquilladas y que cada cuerpo es diferente. No somos una fabrica de muñecas para que nos adornen a su antojo, allí donde no quieren estrías, celulitis, acné, cicatrices, vello corporal... cuerpos perfectos que no existen. ¿Cuál es la definición de cuerpo perfecto? ¿Por qué no se callan? Ni que a nosotras nos gustara saber que sentimos atracción por los hombres, si fuera por elección propia como si de un robo automático se tratara, todas seríamos lesbianas.

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