41. Carl.

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Narra coooorl😜

Allí estaba ella, de brazos cruzados y fingiendo prestar atención a lo que decían los demás. Sus ojos castaños se cruzan con los míos de manera aburrida y se encoge de hombros mientras pronuncia en voz silenciosa; ayuda, me aburro. Sonrío por lo bajo y unas pequeñas manos me distraen del sufrimiento social de mi mujer. Agacho la cabeza y me centro en esas manitos que tiran de mi cazadora en busca de atención.

—Papá—alarga con un pequeño mohín, y me muestra el enfado puro en aquella mirada heredada de su madre—me ha dicho el abuelo que te vas.

Intento aguantar la risa al verla tan seria y me agacho  para sujetarla entre mis brazos. Atenea con tan solo tres años tiene un carácter de mucho cuidado, y me pregunto de quién lo habrá sacado. Unos ojos castaños se clavan contra mi espalda, y sé que Jinni tiene la capacidad de escuchar lo que pienso o eso me hace pensar al leerme tan bien desde el día que nos conocimos.

—Volveré por la mañana, antes de que despiertes—pronuncio con una sonrisa.

—¿Me lo prometes?

Su rostro se relaja y menea sus largas pestañas tal cual su madre cuando quiere conseguir algo sí o sí. Siento otra mirada a mis espaldas.

—Te lo prometo, mi cielo—levanta el dedo meñique y con un gesto me pide que la imite. Sonrío y junto mi dedo con el suyo para sellar nuestra promesa. Pase lo que pase fuera siempre tengo presente que tengo que volver a casa, a ellas, así sea arrastrandome y sin mirar atrás.

Mi hija parece feliz y sonríe de par en par mostrando sus pequeños dientes de leche.

Jinni se acerca a paso lento y parpadea varias veces, mostrándome su mirada hipnotizante.

—¿Ya te ha dicho papá que va a volver pronto?—le pregunta en tono dulzón. Atenea afirma y busca los brazos de su madre, recostando su cabecita sobre su hombro.

Mi mano se posa sobre la espalda de mi hija y la otra sobre la mejilla de mi mujer.

—Como no vuelvas de una sola pieza, olvídate de comer—advierte en un tono alegre. Me relamo los labios al saber que no estamos hablando de alimentos.

—Eso, papá, y tampoco comerás postre—secunda nuestra niña mientras me señala con un dedo. Las miro a ambas y me es imposible sonreír al ver que tan lejos he llegado. Mi padre se lleva a Atenea para despedirse y dejarnos un momento a solas.
Se me cruza un recuerdo y me quedo embobado viendo el rostro de Jinni.

"—¿Quieres que te de una paliza mortal, bastardo?—una voz bastante familiar llega a mis oídos mientras patrullo por las calles nocturnas de Alexandria.

Jinni, la conflictiva, como muchos la han apodado, se da cuenta de mi presencia.

—¿Qué pasa?—pregunto.

—Esta chalada solo sabe buscar broncas—dice Tom, uno de los nuevos vecinos.

—¿Por qué no admites que eres un puto intenso? No me interesas.

—No te las des de guapa, zorra.

Antes de que pueda siquiera debatir o lanzarle un puñetazo a ese gilipollas, Jinni le da de lleno en el estómago y al caer de rodillas en busca de oxigeno, le agarra del cabello mientras le encaña su arma.

—Abre la boca, hijo de puta—amenaza. Tom, a punto de mearse encima, obedece. Ella pasea el arma por la boca del contrario y a escasa distancia de su rostro, pronuncia—si vuelves si quiera a respirar en mi presencia te vuelo la cabeza, aun así me echen de esta lugar, te mataré antes de irme. ¿Entendido?

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⏰ Última actualización: Nov 30, 2023 ⏰

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